Alfredo Hernando, psicólogo e investigador, dirige el proyecto escuela21.org, un viaje que le ha llevado a conocer de primera mano las escuelas más innovadoras de todo el mundo. Hoy abre la sesión de ponencias del II Congreso Internacional de Innovación Educativa de Zaragoza.

—¿Qué espera hoy del público de Aragón?

—Hay un movimiento muy interesante en algunas comunidades de España, como Aragón, que están haciendo de la innovación el centro de sus iniciativas, con una unión entre profesionales, consejerías y gobiernos autonómicos. Creo que Aragón está dando posibilidades a los docentes a que conozcan nuevas experiencias y eventos como este, con mucha potencia, son una buena noticia.

—¿Dónde están las escuelas más innovadoras?

—España está viviendo una primavera de innovación educativa, de nueva enseñanza, con muchas ideas de cambio. Desde hace cinco años, intento localizar y comunicar a las escuelas más innovadoras con otras para ayudar. Las dos costas de EEUU, Colombia o Brasil son ejemplos de escuelas muy innovadoras. También países en vías de desarrollo como India, Kenia o Sudáfrica están inmersos en procesos interesantes. En Europa, España está despegando, igual que Inglaterra.

—¿Se muestran los docentes mayores más reticentes con su forma de enseñar?

—Desde mi experiencia, hay profesores que están a dos días de jubilarse y cuando ven todo lo que está pasando, el cambio de método que hay, se muestran felices y abren los ojos porque por fin tienen respuestas a su trabajo. Y, sin embargo, los hay recién salidos de la carrera que se asustan. Hay un factor de apertura que no depende de la edad, más bien de la actitud. Lo interesante es cómo conseguir que las experiencias demuestren evidencias, sostenibilidad y también duración en el tiempo.

—¿Eso le va a trasladar a los asistentes al congreso?

—Básicamente deben tener claro que una escuela innovadora es aquella que se transforma y cambia y, al final, todos sus alumnos logran tener éxito. Lo que pretendo es que lo que me han contado en otros países del mundo, donde he aprendido ideas nuevas, pueda trasladarlo para ponerlo en marcha.

—¿Hacia dónde camina la educación?

—Al cambio, pero relacionado con la metodología y no tanto con la tecnología. Estos cambios en el método mejorarán la escuela si hacemos lo posible para que todos los alumnos no hagan lo mismo en todas las partes del mundo, ni usen el mismo material ni de la misma forma. Hay que dar distintas herramientas educativas, según el entorno, más allá de lo tradicional.