España es el primer país europeo en intervenciones de cirugía estética, con unas 400.000 en el último año y un gasto medio de 2.000 euros por paciente. Además de encabezar el ránking europeo, lo cierto es que la demanda de esta técnica no cesa sino que muy al contrario aumenta entre un 8% y un 10% anual. Esta realidad fue reconocida recientemente por Antonio Porcuna, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), que aglutina a cerca de 800 profesionales. La cirugía estética se ha introducido en la vida de los españoles como un gasto más dentro del presupuesto familiar, y de hecho se ha incluido en el IPC como artículo de consumo para calcular la inflación.

Este fenómeno no se debe tanto al nivel de vida de los españoles, que recurren incluso a la financiación para sufragar estos tratamientos, sino al culto al cuerpo que al parecer existe en España, ligado a la exposición antes los demás en las numerosas playas. "Somos muy mediterráneos y nos gusta exponernos al sol", explicó el presidente de Secpre. De hecho existe constancia de que ante la llegada de la primavera y el buen tiempo, aumentan las intervenciones de aumento o reducción mamaria, cirugía abdominal y liposucciones, mientras que la actividad se reduce en otras épocas del año. En cuanto a la demanda de la cirugía estética según el sexo, se observa que los hombres, que representan el 20% de los pacientes, piden cirugía de párpados, abdominal y liposucciones. Las mujeres cuentan con un amplio abanico de preferencias, aunque la más demandada es el aumento de pecho. La segunda preferencia es la liposucción, y una de las de mayor riesgo.