Quizás Angie no sea tan ágil como otras niñas de 6 años. Pero su sonrisa los tiene a todos como locos. Se siente triste porque hace poco perdió a su padre, pero eso no le ha quitado las ganas de luchar contra el Crouzon, una extraña enfermedad que sufre desde que nació. Está lejos de su Nicaragua natal, pero la presencia de su madre, su tía y los voluntarios de Familias Unidas la hacen sentirse más arropada en Zaragoza.

Angie sabe que realiza una carrera contrarreloj contra el Crouzon, que ya le está afectando a la vista y a la motricidad. "Si no se interviene, la cosa irá a peor y podría alterar otras funciones", explica Eva Rueda, trabajadora de Familias Unidas.

Ella ha sido una de las personas que desde el principio ha conocido el caso de Angie. "La conocimos en Esteleí, al norte de Nicaragua, donde desarrollamos algunos de nuestros proyectos", recuerda. "Desde hace tiempo pensábamos en como ayudarle y lo intentamos acudiendo a la sanidad nicaragüense, que carece de los medios necesarios".

Generalmente, Familias Unidas no acostumbra a traer niños desde otras regiones. Prefiere actuar en el medio donde se detectan las carencias. Sin embargo, en esta ocasión, el tiempo apremiaba y no vieron otra solución que recurrir a la sanidad española. "Nos pusimos en contacto con la DGA, que nos brindó el equipo y los medios humanos del Infantil del Miguel Servet de Zaragoza", explica.

Pronto iniciaron las gestiones para traer a la niña. La compañía Taka se ofreció incluso a financiar el vuelo desde Nicaragua. Pero el viaje, previsto para principios de mayo, se retrasó por el fallecimiento inesperado de Eric, el padre de Angie, en un accidente de tráfico.

"Fue muy fuerte pero toda la familia tuvo que sobreponerse porque el tratamiento de la niña era un sueño de todos, también del padre, con el que la pequeña paseaba todas las tardes y al que estaba muy unida, porque era su ojito derecho", dice Eva.

Ahora, Angie lleva casi dos semanas en Zaragoza. Según los responsables de Familias Unidas, "se ha acostumbrado muy rápido a todo", como casi siempre ocurre con los niños. Entre consulta y consulta, le ha dado tiempo de visitar la plaza del Pilar, el parque de Atracciones...

Mientras, la niña ya ha concluido con las pruebas psicológicas, que han dado como resultado un desarrollo intelectual normal, "e incluso por encima de la media". Ahora, esperan a la visita de los médicos expertos en Neurocirugía y en Maxilofacial que formarán el equipo que operará a Angie.

"Ella es muy valiente y tendrá que seguir siéndolo porque el proceso implica varias intervenciones", asegura Eva Rueda.

Si todo va bien, la niña podría haberse recuperado en unos cuantos meses, tiempo durante el cual su madre, Teresa, y su tía tendrán que permanecer a su lado, para cuidarla y darle todo el apoyo moral del mundo. Por eso Familias Unidas ha habilitado un número de cuenta en La Caixa (2100 0666 95 0266666696) para sufragar la estancia de la familia de Angie en Zaragoza durante el tiempo que dure el proceso.

"En seguida nos han llegado donativos de todo Aragón y de otras muchas comunidades de España. Este es un país solidario y lo está demostrando de nuevo", apostilla Eva.