Carmen Hauke asiste con dolor al final de la fundición centenaria de su familia. Tras mucho tiempo callada --solo confirmó a este diario la venta de los suelos--, ayer no ocultaba su pena. "¿Cómo lo voy a estar viviendo? Pues regular", admitió. Para ella "esta factoría, el conjunto, es única en todo el mundo", añadió. Y lo que más lamenta perder es "el almacén de modelos, por el que nos podían dar un récord Guiness porque tenía más de 16.000".