Doce años después que el Ayuntamiento de Zaragoza dibujara los primeros bocetos para rehabilitar la vieja Estación del Norte, en el Arrabal y a un paso del puente de Piedra, el edificio está por fin para entrar a vivir . Ha sido una larga obra a medias entre el consistorio y el Ministerio de Fomento, pero ayer, los responsables de la remodelación entregaron al consistorio las llaves de un espacio que en breve abrirá sus puertas a las actividades culturales y de ocio, a las infantiles y al carajillo vespertino de la tercera edad. La Junta de Distrito será también vecina privilegiada de este histórico inmueble.

Agustín Martín, concejal de Arquitectura, enseñaba orgulloso la casa a fotógrafos y cámaras y anunciaba que el jardín , unos 12.000 metros de tierra donde ahora aparcan los coches, se convertirá antes del verano en un espacio libre peatonal con bancos, juegos para niños y fuentes. Será, sin embargo, un parque provisional, porque en el futuro habrá de construirse un edificio a tono con la estación para acoger oficinas municipales.

Los 2.276 metros útiles del interior de la antigua terminal ferroviaria son ahora salas polivalentes, espacios para teatro, despachos para la administración del barrio llenos de luz y terminados con mimo. Ya están listos los mostradores de madera en los que se atenderá al público en las dependencias de la Junta de Distrito. Y la barra del bar del centro de tercera edad, con cristaleras enormes donde antes había puertas de salida a los andenes del tren.

En el apartado infantil, los armarios empotrados son de colores y los sanitarios tienen el tamaño reducido de sus futuros usuarios. Y al fondo de la sala de teatro se sitúan las pequeñas habitaciones que harán las veces de vestuario y camerino.

Ahora, la estación del Norte tiene ascensor y están puestas hasta las lámparas del techo. Pero antes de llegar a este punto, casi de estreno, han pasado muchos años, abundantes reclamaciones vecinales y todo un historial de retrasos.

En el 91 ya se hablaba de la rehabilitación y se trabajaba en ella. En el 97, el ayuntamiento redactó el proyecto para transformar el viejo edificio abandonado y en el 98 se acordó la obra con Fomento. La adjudicación no llegó hasta mayo del 2001 y las obras propiamente dichas comenzaron en diciembre de ese año.

En total, el ministerio y el ayuntamiento zaragozano se han gastado 2,6 millones de euros en la recuperación. El edificio se vació por dentro y en sus dos plantas --más una pequeña entreplanta, conseguida a última hora-- se repartirá buena parte de las vida cultural del barrio. En en entorno, bloques recientes de viviendas y algunos aún en construcción, que estrenan vistas al nuevo centro del barrio.