María López es CEO de Bitbrain, una empresa de neurotecnología que sirve para desarrollar productos innovadores que ponen a la ciudad de Zaragoza en un punto importante a nivel internacional.

María se considera desde pequeña «un poco rebelde» debido a que, a pesar de que todo el mundo le decía que no estudiara matemáticas, se licenció en la Universidad de Zaragoza y además hizo un doctorado en ingeniería informática. Mientras estudiaba coincidió con el que ahora es su socio, Javier Minguez, que estaba en un proyecto de control de robots con la mente. En este momento, muchos de los proyectos en los que María ha colaborado han salido en revistas de gran relevancia internacional. «Nos preguntaban que cuándo iba a llegar la neurotecnología a la sociedad y fue eso lo que nos hizo cambiar el chip y dejamos de lado los artículos científicos y nos centramos en llevar ese conocimiento al mundo real», explicó María.

Ser una empresa pequeña en una ciudad como Zaragoza no les ha impedido ser finalistas en el premio nacional de Mujeres a Seguir compitiendo por el primer premio con grandes empresas de la importancia de IBM o Microsoft Research.

María hizo hincapié en la dificultad para encontrar talento. «Cuando eres joven te imaginas una gran corporación y crees que tendrás más oportunidades y se te olvida que en tu entorno hay empresas más pequeñas pero con una gran proyección». La falta de talento en este caso también tiene género. «Hay pocas mujeres y es porque no se les valora sino por la sociedad», contó María. «A las niñas no se les puede decir que no son válidas para las ciencias porque se lo creen y dejan de dedicarle esfuerzos». Ante este tema, María explicó que existe una gran necesidad de talento y «no podemos renunciar a la mitad de la sociedad».