El oficio de azafata se encuentra en los últimos tiempos en el punto de mira, después de que la Fórmula 1 decidiera prescindir de aquellas que se sitúan junto a los corredores en la parrilla de salida. La noticia se conoció a principios de año y llevará a que la clásica estampa de estas chicas sujetando el paraguas antes de la carrera sea sustituida por otra, en la que niños ocuparán su lugar a partir del próximo campeonato del mundo. La polémica generada por esta decisión ha propiciado un debate en la sociedad acerca de la conveniencia de esta medida, en la que se distinguen bandos a favor -al considerar que proyecta una imagen negativa de mujer-florero que hay que eliminar- y otros en contra que, entre otras razones, señalan que perjudican a las mujeres que realizan esta labor. Al margen de esta situación concreta, lo cierto es que una visita a la Feria Internacional de Maquinaria Agrícola de Zaragoza (FIMA) pone de manifiesto que la imagen de las azafatas que allí trabajan dista mucho del tópico, de la chica con un traje mínimo y ajustado que se podía ver en algunas carreras.

Así, y salvo algunos casos concretos -ya que según el expositor la política de imagen es distinta- lo cierto es que estas profesionales mostraban, en líneas generales, un aspecto sobrio o deportivo.

Acerca de su labor, dos de ellas afirmaban que se trata de un trabajo agradable en el que son muy bien tratadas, que pagan bien y en el que no se les impone ninguna condición que ellas no quieran asumir. Y en el caso concreto de la Fórmula 1, consideraron que antes de tomar una decisión como prescindir de las azafatas de la parrilla, debería haberse preguntado a estas profesionales.

No obstante, sí que manifestaron que, en ocasiones, se podían sentir incómodas por algún visitante: «Por lo general, la gente es amable, lo único que, a veces, demasiado», remarcaban. En esos casos, detallaban que podían llegar a sentirse como una «mujer objeto».

Tampoco se mostró alguna de ellas conforme con la decisión de sustituir a las chicas por niños en las carreras de Fórmula 1, algo «que no tiene mucho sentido» ya que, a su juicio, ahora van a llevar a cabo el mismo trabajo que las azafatas «y son pequeños, es más duro para ellos que para una mujer», recalcaba al respecto.

También hubo otro tipo de opiniones sobre este particular, ya que otra compañera consideraba que el veto a las azafatas del paraguas no es algo que le preocupe: «Tampoco me ha afectado mucho», señalaba. En ese sentido, tildaba la tarea de llevar la sombrilla a los pilotos como algo «absurdo» y mostraba su incompresión por que se haya montado «tanto escándalo para nada».

En resumidas cuentas, diversidad de opiniones acerca de un tema que todavía sigue vigente aunque, como parece, la FIMA no es la parrilla de salida.