Ramón Moreno Bustos (Zaragoza, 1966) comenzó la campaña electoral el pasado jueves a media noche habiendo recorrido 12.519 kilómetros. Ni uno más ni uno menos. Y le quedaban todavía 13 días por delante para recorrer España junto a Miguel Arias Cañete, el candidato del PP en las elecciones europeas. El diputado zaragozano se estrena como director de campaña, lo que supone una experiencia "increíble".

No tuvo mucho tiempo para pensar si aceptaba o no ser el máximo responsable de la campaña de Arias Cañete. Llamaron la noche de un martes la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal y a Carlos Floriano, vicesecretario General de Organización y Electoral. Ese mismo viernes Moreno Bustos comenzó la ruta por 11 comunidades autónomas. Tenía, junto al candidato, 15 actos públicos y 14 sectoriales. "Solo puedo estar agradecido por la confianza que han depositado en mí", cuenta.

Habla por teléfono desde Murcia. Son casi las doce del mediodía. Se oye la voz de Arias Cañete hablando al público. Él aprovecha este rato para atender las llamadas de teléfono. A las siete de la mañana han salido de Madrid para participar en el primer acto de la campaña electoral. "Te pasas el día hablando por el móvil, en reuniones de planificación y enviando correos electrónicos", explica. El próximo domingo estará en Zaragoza y en Calatayud. "No me dará tiempo ni a pasar por casa", reconoce.

Amigo del presidente

Su amistad con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy le ha servido para disfrutar para una posición estratégica en el seno del PP. Explica que no se mete en nada de la estrategia electoral. "Él tiene sus propios actos. Coordinamos nuestros mensajes y los suyos y en algunos actos coincidimos, pero no entra en la organización de la campaña", asegura.

Gran parte del trabajo lo hace con el candidato, con el que el contacto es "constante". "Es una persona entrañable, resulta sencillo planificar junto a él porque deja que todo el mundo opine y tiene en cuenta todo lo que se le dice" señala. En su opinión, Cañete tiene la suficiente experiencia como para afrontar con garantías esta campaña. "Cada día que pasa estoy más convencido de que estamos bien, que vamos a ganar", dice. Y aprovecha para lanzar un mensaje a los socialistas, que durante varias semanas estuvieron reprochando al PP que no tuviese aún cabeza de lista. "Tanto repitieron esa idea que Elena Valenciano ha llegado desfondada al momento de la verdad. Nuestros tiempos fueron los adecuados".

De las desavenencias con el presidente de honor del PP, José María Aznar, apenas habla, aunque tampoco se esconde. Se agarra al mensaje oficial: "Yo estuve en el acto de presentación de Miguel (Arias Cañete) y el trato fue cordial. Como dijo Mariano Rajoy sobre este asunto hay más ruido que nueces", zanja. Prefiere no detenerse en este asunto porque en esta campaña hay cuestiones "más importantes".

Y esa cosas importantes pasan por hablar de los problemas que tiene la ciudadanía. "Hay gente que lo está pasando mal y tenemos que explicarle que las medidas que se han tomado tienen como objetivo mejorar la situación", dice. Admite que le preocupa el descrédito que vive la política e insiste en que no todos los representantes públicos son iguales. "Algunos han dejado esta profesión en minúsculas, pero la mayoría trabajamos para que la situación cambie", explica.

El descontento que se vive en la calle puede propiciar que se vivan momento de tensión durante la campaña, aunque Moreno Bustos confía en que todo transcurra por los cauces del respeto. "Cada uno vota lo que quiere y todos podemos defender lo que pensamos con libertad y sin tener que insultar a nadie. Los conflictos no llevan a ningún sitio", subraya.

El popular tiene bien aprendido uno de los principales mensajes de su partido para esta campaña. Esto es, votar a las formaciones grandes es útil porque tienen más poder de influencia en Europa. Y lo contrario sucede con los pequeños, que aspiran a lograr una representación testimonial. "Está claro que algunos eurodiputados no sirven para nada porque carecen del respaldo suficiente en la Cámara como para tener influencia", asegura. Reconoce que no vive obsesionado con el resultado electoral. Confía, eso sí, en que sea bueno y su partido gane. Y pase lo que pase, el 26 de mayo, el día después de las eleciones, y fecha de su cumpleaños, se tomará un respiro para celebrarlo.