Los Pirineos nunca han sido suficiente obstáculo para que franceses y aragoneses hayan mantenido a lo largo de la historia una intensa relación de vecindad. Con la huella indeleble de la invasión gala de 1808 y su influencia cultural posterior, la vinculación entre ambos pueblos ha derivado en una estrecha colaboración económica, política y cultural.

Las raíces de la comunidad francesa en Aragón son tan profundas que resulta complicado establecer una estadística certera sobre el número de ciudadanos galos que residen en nuestra región. Lo aclara Rafael Emmanuel Ledesma, cónsul honorario de Francia en Zaragoza: "Las cifras del censo no son reales porque a ellas hay que sumar a los que cuentan con la doble nacionalidad, los clandestinos que no están registrados, un 40% de los estudiantes erasmus del año pasado, más de 100 alumnos que cursan sus estudios en la Universidad San Jorge, otro centenar de religiosos de la congregación Camino Nuevo residentes en la cartuja de Aula Dei y cerca de 25 presos en las cárceles aragonesas".

Lo que sí emerge de forma evidente es la representación del Estado francés, un cuerpo formado por tres brazos poderosos: el Instituto Francés, el consulado honorario y el Liceo Francés Molière. Su misión y empeño son divulgar la cultura y el idioma propios estableciendo relaciones estrechas con la sociedad aragonesa.

El Liceo Molière, que dirige Christophe Gallais, acumula más de 40 años contribuyendo a esa doble tarea divulgativa y este curso forma a más de 900 alumnos de entre 3 y 18 años que se educan en un sistema bilingüe. Por su parte, el consulado sirve de apoyo a los ciudadanos franceses y canzaliza las relaciones políticas, económicas y culturales. En su órbita giran asociaciones como el Club de Empresas Clefa, (en colaboración con el Instituto Francés), la Asociación de ayuda a franceses, la Aragón Midi Pyrénées, la antigua Bearn-Aragón, la Unión de Franceses del Extranjero y la AsocIación Democrática de Franceses del Extranjero (ambas de derecho francés).

Por último, el Instituto Francés de Zaragoza, fundado en 1919 y dirigido por Joëlle Féral, cuenta con 800 alumnos, entre los que hay desde niños de tres años hasta un intrépido anciano de 94, declarado fan del cine galo. Ocupa un amplio piso en un edificio histórico del paseo de Sagasta. Para Féral, "la vinculación entre ambos pueblos es muy fuerte, el español es el segundo idioma más estudiado en Francia tras el inglés". Y hablando de Aragón, "el hecho de ser una región fronteriza convierte en determinante el dominar el francés para que surjan nuevas oportunidades de trabajo". Por eso cerca de 20 institutos de nuestra región ofrecen una enseñanza bilingüe y, además, Educación impulsa el programa Cruzando fronteras, que fomenta el intercambio de alumnos de 4° de ESO entre centros aragoneses y franceses.

Cine, literatura, fotografía, teatro, catas de vinos... El Instituto Francés ofrece también una apretada agenda de eventos culturales de los que informa en su web. Asimismo, en febrero firmó un acuerdo con el ayuntamiento para promover intercambios culturales y turísticos entre ambas instituciones.