El covid está minando psicológicamente a la sociedad occidental, acostumbrada a otros ritmos y a otra normalidad. La fatiga pandémica, que se llama, afecta a jóvenes y mayores, a los que trabajan y a los que han perdido el empleo por el coronavirus. Pero son los que están en la primera línea de fuego, los sanitarios, los que nunca pueden olvidarse del virus, porque trabajan con él. Según los datos que posee el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, hasta el 50% de los trabajadores de la salud podrían padecer en los próximos seis meses próximos seis mesesestrés postraumático y algún tipo de sufrimiento emocional.

Conscientes de las circunstancias, desde esta institución pusieron en marcha ya en marzo un servicio telemático de apoyo psicológico para profesionales sanitarios (TAP), cuya prestación se acaba de prorrogar por seis meses más. La vicesecretaria del Consejo, Rosa Arroyo, explica que los sanitarios en general y los médicos en particular pueden sentir «frustración» después de tantas semanas de trabajo y con los casos subiendo cíclicamente. «Sabíamos que esto (la nueva ola) iba a pasar, y por eso pedíamos medidas más estrictas. Estamos dejando de atender patologías no covid y ya se nota en los pacientes crónicos, en cómo llegan. Para nosotros eso es muy frustrante», comenta Arroyo.

La vicesecretaria de este organismo, en el que se inscribe el Colegio de Médicos de Aragón, explica que es muy difícil «soportar y que no haya secuelas después de ver morir a muchos pacientes solos, de una manera antihumana». Sobre todo para aquellos sanitarios que acaban de empezar su carrera. Otro informe, realizado ad hoc por Mind Covid y publicado recientemente, revela que un 45,7% de los trabajadores sanitarios presentan riesgo alto por algún tipo de trastorno mental, es decir, necesitan una evaluación profesional para confirmar la presencia de un problema. En el estudio han participado casi 10.000 profesionales de 18 centros sanitarios de toda España. Por patologías, el 28,1% presentan depresión; el 22,5% trastorno por ansiedad; casi uno de cada cuatro, pánico; el 22,2% estrés postraumático; y un poco más del 6%, abuso de substancia.

Concepción Ferrer es la presidenta del Colegio de Médicos de Aragón y explica que en la comunidad no ha habido «ni un momento de sosiego». «Cuando los ingresos por coronavirus bajaban intentábamos adelantar actividad no covid y operar a otro tipo de pacientes, pero cuando acabábamos de empezar ya venía otra ola», explica. El agotamiento es físico pero también emocional, porque al trabajo incesante se unen situaciones «humanamente muy duras»: «Lo más complicado es mirarle a los ojos a alguien y decirle que le vas a intubar y que esté tranquilo, cuando sabes que la realidad puede ser que ya nunca se despierte».

El colegio ha participado activamente en la difusión del servicio de atención psicológica del consejo, puesto que lo veían muy necesario. A la fatiga y el estrés se le une el sentirse, en todo momento, en el punto de mira: «Los ciudadanos tienen que entender que para un profesional no es nada fácil atender por teléfono. Tienes que llamar a 70 pacientes cada día y con alguno te da miedo colgar porque te quedas con la duda de cómo va a evolucionar», dice Ferrer.

Actos heroicos

Desde el Colegio Profesional de Psicología de Aragón también pusieron en marcha un servicio de atención telefónica para la población general. «Hubo llamadas», explica Mónica Gorenberg, pero la ciudadanía no aprovechó todo lo que pudo este recurso. «En este país no hay mucha cultura sobre la salud mental», asegura la psicóloga, que advierte que los problemas como el estrés y la ansiedad deben tratarse como lo que son y se debe recurrir a un profesional.

«Hay personas que tienen recursos propios y que tienen un círculo de personas alrededor en el que se pueden apoyar. O también los hay que aguantan porque en la realización de una práctica heroica ven un consuelo», explica Gorenberg, que analiza que lo peor de toda esta situación es la incertidumbre. «Es lo peor para la salud mental. Muchas veces es mejor una noticia mala pero que se conozca rápido que un no se sabe qué va a pasar permanente», añade. Desde su perspectiva profesional recomienda tener un espacio de confianza con los compañeros de trabajo donde poder desahogarse y conversar antes de llegar a casa. Si no se soluciona, «hay que entender que es un problema que hay que solucionar y no hay que avergonzarse de ello».

Más de 3.000 atenciones

El Consejo de Colegios Oficiales de Médicos de España puso en marcha en marzo, junto con la Fundación Galatea y La Caixa, un servicio de atención telefónica para prestar apoyo emocional y psicológico a los profesionales sanitarios de todo el país. Este recurso seguirá disponible seis meses más, por lo menos, y hasta el 31 de diciembre 984 personas han hecho uso de él. En total, se han realizado 3.720 atenciones (3,8 por cada usuario) y 685 usuarios han sido ya dados de alta de tratamiento. El 86% de las personas que llamaron eran mujeres y la edad media supera los 40 años. El teléfono es el 900 670 777, y está disponible de lunes a viernes, en horario de 9.00 a 21.00 horas. Una red de 48 psicólogos se encarga de atender las consultas en toda España.