Los estudiantes aragoneses afrontan la recta final de un curso académico muy distinto a los anteriores. La pandemia global por covid-19 ha obligado a trasladar sus clases a sus domicilios y seguirlas a través de plataformas por internet.

Las incógnitas sobre el devenir del curso que finaliza en junio y que comenzaría en septiembre varían según la clase y el nivel. Por ejemplo, los alumnos de 1º de ESO del colegio Montessori de Zaragoza coinciden en una idea: si la administración decide realizar un plan de refuerzo y recuperación para el próximo curso, este no debe repetir la materia que ya hayan aprendido en estos días, sino simplemente repasar los conceptos más importantes.

En referencia a la posibilidad de volver a los centros escolares antes de que finalice el curso, también han forjado su propia opinión. Marcel Forcadell preguntaba cuántos días serían y afirma que «estaría bien volver a ver a los amigos, pero no lo veo necesario porque si nos dejan salir el lunes, pues ya nos veríamos». Muchos de ellos cumplieron los 13 años durante el estado de alarma y defienden su «derecho» como adolescentes a salir a la calle, al igual que los niños.

Julia Pobes propone no establecer un límite de edad -que ha sido fijado en 14 años-, sino «una hora límite y un espacio determinado». Mario Miguel del Río considera que los niños deben ser los primeros en salir porque «son más movidos», al igual que Paula Romeo, que cree que ellos ya son mayores para entender lo que ocurre y los niños no. Algunos de los alumnos también hacen referencia a la distinción que puede establecer el límite de edad, ya que hay jóvenes que tienen un año más o menos que el resto por haber nacido con algunos meses de diferencia. Por ello, César Primo opina que deben salir según el curso escolar al que pertenecen y no la edad. Paula Redondo cree que «debería haber un sistema para que no haya aglomeraciones».

Estudiantes de la asignatura de Gestión Empresarial, de primero de Bachillerato Internacional del IES Lucas Mallada

Alumnas de la asignatura de Inglés Nivel Superior del IES Lucas Mallada

Situación muy distinta se presenta ante los alumnos de segundo de bachillerato, con la Evau a la vuelta de la esquina. María Blasco, estudiante de este curso en el programa internacional del Lucas Mallada de Huesca, tiene la percepción de que en su curso priman los nervios ante la incertidumbre que genera esta crisis. «Es difícil estar tranquilo y afrontar esta situación sin sentir nerviosismo ante la Evau. De momento parece que poco a poco vamos sabiendo cada vez más sobre los exámenes y lo que incluirán, pero sí que es cierto que hay bastante inquietud sobre nuestra nota de bachillerato y cómo saldrán los exámenes de la Evau en el caso de que no llegara a haber clases presenciales. Supongo que todo es esperar y pensar en positivo».

"La incertidumbre mantiene en vilo a los alumnos de segundo de bachillerato por la selectividad"

Lourdes Hernández, Sara Benavente y Jesús Polo, estudiantes de segundo de bachillerato en la modalidad de ciencias sociales del instituto Salvador Victoria de Monreal del Campo, tuvieron que confinarse justo después de haber acabado sus exámenes. Y aunque las primeras semanas fueron duras, aseguran que ahora ya se han acostumbrado. En este centro turolense, el jefe de estudios les envía un horario con las clases y con los deberes que mandan los profesores durante la semana, y aparte tienen que conectarse a las clases online. «Tenemos la suerte de poder acceder a internet y estar en contacto con los profesores, lo que facilita poder seguir las clases lo más normal posible», subraya Hernández. Polo afirma que intentan seguir el horario de un día normal de clase y a Benavente le está costando sobre todo tener que hacer todos los deberes y a la vez tener que estudiar, «porque aunque no vayas a hacer exámenes, tienes que sabértelo por la Selectividad», comenta.

Los alumnos de Monreal del Campo junto a su profesora Berta en la clase virtual de Historia de la Filosofía.

También apuntan que no dejan de sentir incertidumbre y reciben muchos bulos, «y no sabes qué es cierto y qué no», según Benavente, quien añade que «nunca pensé que me levantaría queriendo ir al instituto».