Un estudio de la Universidad de Zaragoza ha analizado la evolución de la pandemia en Aragón y saca dos claras conclusiones: el confinamiento ha funcionado y que, por ello, no hay que bajar la guardia para conseguir que a mediados de julio se lleguen a producir cero contagios. La investigadora Cristina Tejel, del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISQCH), ha modelizado la evolución, día a día, de la enfermedad infecciosa covid-19 en Aragón con el modelo matemático de Gompertz (forma Wo), un modelo ampliamente utilizado en biología o medicina, así como en la propagación de epidemias.

Según sus conclusiones, la evolución del coronavirus en Aragón ha seguido «el mismo patrón» que podría esperarse de un análisis sobre el crecimiento poblacional de animales, bacterias, o tumores. En todos ellos, indican, «una importante variable que determina cómo crece el sistema es su constante de crecimiento que depende en gran medida de la cantidad, calidad y accesibilidad a los nutrientes que necesita». En el caso análogo de la expansión de una epidemia, los nutrientes son las personas sanas (o susceptibles de ser infectadas): alrededor de 1.400.000 aragoneses.

En los primeros días de pandemia, las personas sanas mantenían una vida normal circulando libremente, por lo que el acceso del virus a sus nutrientes «era del 100%». Por ello, señalan, «no es de extrañar que el número de nuevos infectados creciera de manera casi exponencial».

Los efectos producidos por el confinamiento del 15 de marzo se observan a partir del 28 de ese mismo mes. «Durante la primera semana de confinamiento, se consiguió frenar considerablemente la constante de crecimiento inicial hasta llegar a menos de la mitad, ya que se dificultó considerablemente la trasmisión», explican. En la segunda semana del primer confinamiento, se logró que el nivel de contagios fuera «el 39% del esperado si no se hubieran tomado medidas».

Desde entonces, la curva de contagios se ha mantenido, y según el estudio de la Universidad de Zaragoza, «conducirá a unos dos o tres nuevos casos PCR a principios de junio y a cero casos de contagio por coronavirus para mediados de julio».

Ahora bien, recordó Tejel, «si no se cuidan las medidas de higiene y de distanciamiento social, la población aragonesa volverá de nuevo a otra curva menos suave, de consecuencias negativas para todos». Por ello, Tejel llama a actuar con «pruedencia» en la desescalada. «Es posible que nunca el bienestar colectivo haya dependido tanto del comportamiento individual», afirmó.