Investigadores del I3A de la Universidad de Zaragoza, liderados por el Instituto de Bioingeniería de Cataluña y de la Universidad de Barcelona, publican un estudio en Nature que explica cómo las células son capaces de percibir su entorno mediante la detección de fuerzas. Se ha determinado cómo las células detectan la posición de las moléculas de su entorno, con precisión nanométrica. Puede ser especialmente relevante en procesos tumorales, dado que está aceptado que una mayor rigidez está relacionada con una mayor activación de los oncogenes.