El aragonés Diego Jimeno estuvo varios años encadenando contratos temporales y de obra y servicio, pero ahora se siente un afortunado porque desde el 2011 trabaja en la planta de Opel en Figueruelas. «Empecé de aprendiz de tornero fresador en una empresa a los 16 años y desde entonces solo he estado ocho meses en el paro, aunque he pasado por varios empleos bastante precarios y con poca estabilidad», explica el joven, que reconoce sentirse un privilegiado.

«Tengo muchos amigos que están en paro o con contratos malísimos de ETT, por suerte en Opel somos como una isla porque las condiciones son mejores», indica. Eso sí, conseguir un contrato indefinido no fue fácil, ya que en Opel estuvo cuatro años con contrato relevo.

A pesar de su mayor estabilidad laboral, ni se le pasa por la cabeza comprarse un piso. «Lo veo imposible; los bancos te piden como mínimo el 20% del coste total y eso es algo inalcanzable para la gran mayoría de jóvenes», lamenta Jimeno, que critica también el precio de los alquileres. «Zaragoza se está poniendo complicada en este sentido porque casi ningún piso baja de los 500 euros y eso para alguien como yo que vive solo es mucho dinero», concluye el joven de 28 años.