Se quejan algunos jóvenes de que tienen muchos deberes. No calculaba la mayoría que la ausencia de clases supondría un aumento importante del trabajo en casa, mucho más a estas alturas que casi todos los colegios e institutos de Aragón disponen de armas para diseñar casi al milímetro el programa que deben seguir los alumnos. Plataformas, aplicaciones y tecnología en general sirven a los profesores para no perder velocidad, para tratar de que el día que se produzca el regreso a las aulas sea poco dramático. El problema primero, no obstante, no es cómo volverán, sino cuándo. Y si será necesario hacer exámenes en algunas asignaturas para poder avanzar en la dirección correcta. No lo contemplan aún, pero lo tienen en la cabeza. Skype (o cualquier herramienta de comunicación de este tipo) aparece en el horizonte como una realidad.

«Estamos pensando hacer un vídeo fórum y en un futuro, claro, se podrían hacer exámenes orales si la situación lo requiriese, pero no nos los hemos planteado todavía. De momento, pensamos en dos semanas, nada más allá y en que los alumnos vayan haciendo cosas en este periodo», dice Dabe Martínez, director de ESO y Bachillerato del colegio El Salvador.

Una opinión similar tiene Luis Montil, director del instituto Miguel Catalán. «Los profesores tienen la libertad cada uno de hacer exámenes orales, aunque vamos a esperar primero estas dos semanas. Si se prolongara mucho esta situación, se podría pensar en hacer pruebas, por ejemplo, a través de Skype», señala antes de barruntar lo que vendrá: «Intuimos que irá más allá de la Semana Santa, que hasta entonces no podremos volver, pero es solo una intuición por ahora». Algo más, desde luego, una vez escuchadas las declaraciones del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, que dejó caer que la crisis durará bastante más aun sin cifrar el tiempo.

En cualquier caso, los centros se pusieron a trabajar desde el primer día. «El viernes y el sábado ya nos reunimos para hacer todas las reuniones telemáticas. Tratamos de seguir con el programa con la mayor normalidad dentro de lo posible», dicen desde Jesuitas, donde completarán el trabajo previsto «con un drive que pasaremos a través de los tutores para cada una de las asignaturas. Lo que ya teníamos programado para esta semana lo hemos metido en un drive y hemos informado a las familias también».

Las plataformas son salvación y referencia para que el final de curso, acabe cuando acabe, sea lo más suave posible. «El trabajo que tienen que hacer los alumnos está todo en el aula virtual. Se trata de organizarlo lo máximo posible para que no vayan perdidos. Exámenes de momento no se van a hacer, pero sí pedimos un 'feedback' del trabajo para saber qué actitud mantienen. Así se ve también quién cumple», explica Martínez, que informa de que en su centro se van a ir reuniendo telemáticamente «para evaluar dos o tres veces por semana.

La situación más compleja es la de los alumnos de último curso, dice Montil: «El problema más gordo es para Segundo de Bachillerato. En el resto de enseñanzas, si podemos tener el mes de mayo completo y casi todo junio, creo que no tendríamos problemas para terminar porque en este periodo vamos a seguir avanzando en el programa. Los profesores ya nos comunicamos con los alumnos a través de Moodle o Classroom, que es una aplicación de Google con la que puedes crear una clase. Ahí colgamos materiales, ejercicios, vídeos, textos, apuntes…». Con ello consiguen mantener cierta normalidad en el programa mientras el instituto está cerrado. La web y el dominio del IES Miguel Catalán hacen el resto.

En el CPI Zaragoza Sur, los alumnos de Primaria también están trabajando duro. Cuenta un padre de una niña de Cuarto que el tutor les envía «a diario» todo lo que harían en clase. «Son deberes a través de una plataforma llamada Edmodo en la que incluyen vídeos explicativos de la materia a través de un link que les lleva a una aplicación llamada Edpuzzle para poder verlos. En Edmodo también les mandaron un plan en el que figura todo lo que deben hacer cada día», explica con tranquilidad este padre, bien consciente de que el sistema «permite estar en permanente contacto con su tutor a través de chat y evita hacer muchas fotocopias, por ejemplo».