Los zaragozanos se han encontrado con un enemigo que ha reaparecido con intensidad con la llegada de la primavera: las palomas torcaces, que invaden calles, bancos y terrazas con sus excrementos, sobre todo en las zonas con más arbolado. La empresa que se encarga de la limpieza viaria, FCC, ha tenido que destinar todos sus equipos de agua a presión a la eliminación de estos excrementos de grandes dimensiones. Al margen de los equipos de barrenderos, lo habitual es que cada calle se limpie con agua cada 20 días y ahora se hace entre dos y tres veces a la semana, aunque solo en algunas de las vías principales. Sin embargo, resulta insuficiente y la sensación de suciedad cada vez es mayor.

La contrata de limpieza ha informado al consistorio de los «puntos negros» de suciedad provocada por las palomas, pero, hasta la fecha, el ayuntamiento no ha movido ficha para tratar de minorar su repercusión. El encargado general del servicio de Limpieza de FCC, Miguel Marco, explicó que trabajan con 14 equipos quitapintadas con agua a presión, otros dos de baldeado manual y 32 de mixto. Sin embargo, resulta insuficiente ya que tienen que repartirse por todos los distritos de la ciudad y barrios rurales.

Según explicó Marco, en las arterias principales como Gran Vía, el paseo Constitución o las plazas del Pilar y de los Sitios se limpia entre dos y tres veces a la semana, cuando lo habitual es hacerlo cada tres. El problema al que se enfrenta, comentó, es que la limpieza de excrementos es igual de ineficaz que la de las hojas, porque a las horas vuelve a estar todo completamente cubierto.

SIN CONTROL

No existe ningún plan municipal de control sobre esta especie de palomas. A diferencia de la colonia de cotorras, que sí están controladas, no existe un censo de torcaces, ni se ha llevado a cabo un proceso para eliminar poco a poco el número. Las palomas no tienen sitios concretos donde poner sus huevos provocando que su identificación sea muy complicada. Sin embargo, cualquier peatón podría identificar algunas de las zonas más preciadas por estas aves, mirando el rastro que dejan en coches, motos, bancos y aceras. Suelen anidar en zonas con arbolado, como los parques,

El consistorio, por ahora, no tiene en mente ampliar los equipos actuales que se dedican a la limpieza de excrementos. Son los mismos que eliminan los grafitos de las paredes, una labor que ahora ha quedado aparcada en un segundo plano, al ser prioritaria la salubridad de las calles.