La falta de pruebas ha desmoronado la acusación contra los propietarios de tres clubs de alterne de la capital aragonesa de traficar con cocaína desde sus establecimientos. La Audiencia de Zaragoza les ha absuelto, así como también a sus empleadas.

Los únicos condenados son Manuel Gago y Francisco José Labarta, quienes reconocieron que la droga que se les intervino en casa era para consumo propio. En concreto, se les ha impuesto la pena de tres años de prisión y las multas de 3.000 y 1.800 euros, respectivamente.

Los magistrados consideran que Labarta, que trabajaba de encargado en uno de los prostíbulos, ofreció varias papelinas a compañeras, pero que eso no significa que estas se las vendieran a los clientes. Una versión que dio una testigo protegido que incurrió en numerosas contradicciones. De hecho, el día del juicio no se presentó y tuvo que acudir detenida a declarar, otro día. Por otra parte, según la sentencia, Gago se limitaba a suministrar droga a las personas que se lo solicitaban.

El ministerio fiscal pidió para cada uno de ellos entre tres y ocho años y medio de prisión, si bien los abogados defensores, Olga Oseira, José Luis Melguizo, Patricia Medina y Javier Notivoli, mantuvieron la libre absolución.