El exgeneral de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo recibió el alta en la tarde de ayer en la Clínica Montpellier de Zaragoza, donde había ingresado el día anterior por un problema cardiaco.

Según fuentes de la Delegación del Gobierno en Aragón, el exmilitar se trasladó a su domicilio en la capital aragonesa, donde continúa cumpliendo su condena de 75 años de prisión por los asesinatos de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, cometidos en 1983.

Galindo había ingresado el pasado martes en el centro sanitario privado, donde tras un primer reconocimiento se le diagnosticó una crisis de arritmia cardiaca.

El exmilitar, reside en la capital aragonesa desde que el pasado viernes abandonó la prisión de Ocaña (Toledo) después de que la Dirección General de Instituciones Penitenciarias le aplicara medidas que le permitirán recibir tratamiento extrapenitenciario por su grave enfermedad cardiovascular.

En relación con esta medida, la director de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, reiteró ayer que la excarcelación de Galindo se sustenta en las indicaciones médicas, como se hace habitualmente con otros presos.

En su opinión, se trata de una "consideración humanitaria" no sólo hacia Galindo, sino también hacia otras personas privadas de libertad. Además, recordó que, así como en junio se rechazó la medida, en este caso, por el "agravamiento" de su estado, "lo razonable" era adoptarla.

La excarcelación ha provocado una fuerte polémica y el PP, IU y EA han solicitado la comparecencia en el Congreso del ministro de Interior, José Antonio Alonso, para que explique la adopción de esta medida.