El exjusticia de Aragón, Fernando García Vicente; el pedagogo César Bona y el escritor José Luis Melero recibieron ayer los premios de Santa Isabel de Portugal, que anualmente concede la Diputación de Zaragoza (DPZ) a personalidades destacadas de la provincia en los diferentes campos de la actividad.

En el acto, que tuvo lugar en el salón de plenos de la institución, los galardonados recogieron una medalla y el diploma que acredita su condición de premiados.

La diputada Elena Martínez, de Ciudadanos, se encargó de glosar la figura de César Bona (Ainzón, 1972), maestro y licenciado en Filología Inglesa con una brillante trayectoria en la enseñanza. Señaló que se ha destacado por una pedagogía innovadora y puso como ejemplo que, estando de maestro en Muel, creó una oenegé virtual que llevó al alcalde de la población a prohibir los circos con animales. Además, dijo que fue nombrado uno de los 50 mejores maestros del mundo por Global Teacher Price en 2014.

El diputado Bizén Fuster (CHA) introdujo la figura de José Luis Melero (Zaragoza, 1956), a quien presentó como bibliófilo y experto en literatura aragonesa y del que dijo que consigue ser a un tiempo «erudito y ameno». Destacó de él que posee una biblioteca con 40.000 ejemplares y que «lleva Aragón en sus venas».

LABOR CULTURAL

Por su parte, José Antonio Sanmiguel, diputado del PAR, presentó al exjusticia de Aragón Fernando García Vicente, a quien calificó de «persona discreta» y «hombre bueno», al tiempo que resaltaba que ha estado 20 años al frente de la institución del Justiciazgo.

Tras la entrega de las medallas y los diplomas, los premiados tomaron la palabra. César Bona aseguró que el reconocimiento recibido era para él «una oportunidad para agradecer el trabajo de cientos y cientos de maestros y maestras que hacen cada día su trabajo».

«Me niego a pensar que el fin de la educación sea crear seres empleables», continuó el pedagogo, que subrayó que la enseñanza «no ha de segregar ni de crear barreras» entre los alumnos. Tuvo además unas palabras de agradecimiento para don Dionisio, uno de sus maestros, presente en la sala.

José Luis Melero elogió la labor cultural de la DPZ y habló de que la corporación provincial creó en el siglo XIX la Biblioteca de Autores Aragoneses, que estuvo activa entre 1876 y 1926 y divulgó a los escritores de la comunidad, así como la fabla a través de diccionarios.

EJEMPLO DE VOCACIÓN

Fernando García Vicente recordó que un abuelo suyo fue presidente de la DPZ y agradeció que se le otorgara un premio por hacer lo que le gusta. «Hay que cambiar la mentalidad y buscar soluciones para los problemas, no culpables», afirmó.

Antes del fin del acto, tomó la palabra el presidente de la institución, Juan Antonio Sánchez Quero, que se refirió a los galardonados señalando que son «un extraordinario ejemplo de vocación de servicio público, de amor por el conocimiento, la cultura, la enseñanza y la justicia».

El responsable de la institución provincial tuvo palabras de elogio para los ayuntamientos y las diputaciones, de los que dijo que «han sido las primeras en recuperar la solvencia económica, en liderar la reducción de la deuda y en apuntalar el saneamiento de las cuentas públicas del Estado».