Las políticas de discriminación positiva y la unidad de instituciones y agentes sociales son, según los expertos, algunas de las medidas para luchar contra la despoblación que afecta a varias zonas de España, como las que componen la denominada Serranía Celtibérica.

Así se ha puesto de manifiesto en la jornada "Despoblación y desarrollo rural" celebrada hoy en Teruel, organizada por la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón, ADEA.

En este foro han intervenido tanto profesores universitarios como políticos y representantes empresariales que en los últimos tiempos han alertado sobre el problema que supone la despoblación y el envejecimiento para provincias como Teruel.

El profesor Francisco Burillo, catedrático de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel y director del proyecto Serranía Celtibérica, ha alertado de las cifras de "desierto demográfico" de la denominada Serranía Celtibérica, un territorio que es prácticamente el doble de Bélgica y en el que apenas viven medio millón de personas.

Se trata de diez provincias (Soria, Teruel, Cuenca, Guadalajara, sur de La Rioja, noreste de Segovia, rincón de Ademuz de Valencia, sur de Burgos, Maestrazgo de Castellón y sur de Zaragoza), de cinco comunidades autónomas (Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana y La Rioja).

Todos estos territorios cumplen buena parte de las características que la Unión Europea exige para recibir ayudas, como son tratarse de zonas montañosas, rurales y escasamente pobladas, pero al ser de administraciones distintas se encuentran con trabas a la hora de acceder a estas ayudas, denuncian sus impulsores.

Burillo ha destacado además que el problema es "la desestructuración del territorio" y por ello, ha insistido, no es casual que en esta zona hayan surgido movimientos reivindicativos en los últimos años.

El catedrático, que dirige un grupo de 30 investigadores para dar forma a este proyecto, reivindica la creación de una "marca de prestigio, Serranía Celtibérica España", empezando con la declaración de la zona como Patrimonio de la Humanidad, por todos los recursos patrimoniales con los que cuenta, que pueden ser "un importante gancho" para el turismo de interior, con 22 millones de habitantes a menos de una hora".

Para ello, un paso importante es que el Gobierno español reconozca este territorio como ITI (Inversión Territorial Integrada), como ya ha hecho con otras zonas en España a nivel provincial, y acceder así a financiación europea.

En esa demanda han recibido el apoyo de los socialistas, como ha resaltado en Teruel la eurodiputada Inés Ayala, que aboga por aprovechar la puerta abierta que ha dejado el Gobierno de España para que la Serranía Celtibérica sea la quinta ITI.

"En los últimos años ha ido creciendo el lobbby de presión", y ha recordado que en el Senado hay una ponencia sobre despoblación y los esfuerzos hechos por los empresarios para reivindicar una apoyo real a estas zonas rurales.

Se refería así a la iniciativa de las patronales empresariales de Cuenca, Soria y Teruel que demandan una "discriminación positiva" para estos territorios como ha defendido el presidente de la patronal turolense, Carlos Mor.

Mor ha encabezado la delegación empresarial que ha acudido a Bruselas para solicitar que se tenga en cuenta la despoblación a la hora de repartir los fondos europeos porque además, ha señalado, "es un problema que va a afectar cada vez a más regiones europeas".

Por su parte, la eurodiputada del Partido Popular Verónica Lope ha defendido que en esa línea están trabajando en la UE y ha apuntado que "es necesario que se asignen más fondos para luchar contra la despoblación", y que se tenga en cuenta a estas zonas de España, como se han tenido hasta ahora las zonas despobladas del norte de Europa.

"Cuantas más regiones estén unidas más posibilidades hay de conseguir algo", ha sentenciado.