Los años pasan pero el deseo sexual (o, en algunos casos, las ganas de tenerlo) ahí sigue. Una faceta humana que no pierde interés con el tiempo, a pesar de algunas creencias populares, y que puede ser disfrutada de manera sana llegada la tercera edad. Esta es, precisamente, junto a la promoción de un envejecimiento activo y entretenido, la razón de ser de la asesoría sexológica para mayores del Ayuntamiento de Zaragoza. Lo hace mediante del instituto Amaltea, encargado de este servicio en el amor y la erótica del otoño, como lo llaman sus responsables.

Regresó en noviembre del año pasado, después de una exitosa primera etapa entre el 2007 y el 2014. Volvió por la puerta grande, por aclamación de los propios usuarios, que tendrán que esperar hasta el 12 de septiembre para reanudar sus sesiones.

Pionero en España

«Constituye un servicio pionero en España», explica el médico y sexólogo de Amaltea Santiago Frago, uno de los miembros del equipo de este instituto, integrado también por el doctor en psicología Silberio Sáez, y otros profesionales de este campo y de la psicopedagogía con Formación específica en sexología. No solo trabajan con mayores, pero sobre su trabajo con la tercera edad destaca que los perfiles que encuentran resultan «mucho más diversos» que en la población más joven, con problemas e inquietudes que han ido cambiando con el tiempo.

Así, se han llegado a encontrar a hombres de 93 años en las sesiones de 45 minutos que ofrecen tres jueves al mes en el centro para mayores Francisco de Goya. También, a las charlas que imparten por estas instalaciones municipales, fueron en una ocasión un padre de 80 años y su hijo de 66, lo que muestra la variedad y el interés que despierta.

En ella, si en el primer periodo los problemas de mayor incidencia eran los de la erección, la falta de deseo, los conflictos de pareja y la insatisfacción en la mujer, en la segunda etapa que comenzó en noviembre encuentran «demandas más jóvenes», como los conflictos de pareja o, incluso, temas relacionados con la identidad y la orientación sexual.

Dudas que plantean unos usuarios que han cambiado. Si del 2007 al 2014 el 40% eran hombres solos, otro 40% eran parejas y un 10% eran mujeres, en el segundo periodo las parejas son mayoría y ha aumentado el número de atendidas en solitario. «Está llegando la generación de mujeres del club de los 50 y los 60, mujeres de 65 años con formación, madurez y poder adquisitivo, es decir: mujer transparente pero no invisible», afirma. «Ahora la gente mayor es muy joven», recalca. Pero la sexualidad no solo afecta al disfrute; también a la salud. «Es un predictivo absoluto», subraya este médico, que ejemplifica la cuestión con que los problemas de erección pueden avisar de otros cardiovasculares. «A mayor salud sexual, mayor salud general», resume, mientras augura que este tipo de asesorías acabarán siendo demandadas en todo el país .