Los expertos en mantenimiento de sistemas de refrigeración de alto riesgo creen que sólo un fallo explicaría "un brote de legionela de tal calibre" como el registrado en junio en las torres del Clínico de Zaragoza, que afectó a 32 personas y causó la muerte de siete de ellas. El departamento de Salud negó que una negligencia causara la epidemia, incluso cuando la aparición de un registro de mantenimiento, este lunes, demostró que un operario advirtió en noviembre del 2003 del estado "penoso" de algunos elementos de la instalación, concretamente, de los separadores de gotas.

La DGA aseguró que "estas piezas no guardan relación directa con la aparición de la legionela", al contrario de lo que dicen los expertos consultados por este diario.

Tanto los responsables de Sibe SL, concesionaria de este servicio para la Comunidad de Castilla y León, como el químico y biológo Arturo Urdániz, experto acreditado por el Gobierno de Navarra para enseñar a empresas de mantenimiento y control de la legionela, aseguran que estos separadores de gotas "tienen una misión crucial porque son la última barrera contra la bacteria".

MANTENIMIENTO. El Gobierno de Aragón calificó la actitud del Salud frente a la crisis de "correcto", en lo que se refería al mantenimiento previo, y "ágil y adecuado" respecto a la actuación una vez se había declarado el brote de legionela, el más grande de todo Aragón. Incluso cuando el registro de mantenimiento saltó a la luz pública el lunes o cuando aparecieron en agosto nuevas cepas de legionela (aunque en menor concentración) en las mismas torres donde se originó la epidemia de junio.

Este segundo brote coincidió prácticamente con la publicación de una serie de fotografías que desvelaban la situación de estas piezas (rotas, sucias y llenas de algas y calcificaciones) hicieron saltar las alarmas. El Salud respondió: "Los separadores no influyen directamente en la aparición de la bacteria".

"Es verdad que la legionela existe con torres o no, pero el estado de los separadores de gotas es crucial para evitar que se dispersen --o salten-- las gotas de agua, que transportan la bacteria", explicaron los responsables de Sibe SL. "Es la última barrera contra la legionela aunque no la única", explicó Urdániz. "Si la bacteria ha llegado hasta allí, también quiere decir que han fallado todas las demás barreras".

RECAMBIOS. Durante su última comparecencia en las Cortes, la consejera de Salud, Luisa Noeno, se refirió a la alerta de que había que sustituir las piezas, lanzada por el operario en noviembre del 2003. "Este tipo de componentes no se consiguen de un día para otro", dijo. Según Urdániz, "cualquier gran distribuidor las envía habitualmente en 48 horas".

REVISIONES. El departamento siempre dijo haber seguido los pasos marcados por el decreto y se amparó en el argumento de que quizás hubiera que endurecer la legislación, como finalmente pedirá al ministerio. También dijo que las torres no eran peligrosas, pero el lunes anunció que las cambiaría para "evitar riesgos". Según Urdániz, el decreto nacional ya es "bastante estricto". "Si se cumple es muy difícil que aparezca un brote y casi imposible que sea de este calibre", aseguró. Añadió que "las torres no son peligrosas, salvo que no estén mal mantenidas".

FACTORES: EL VIENTO Y EL AGUA. La DGA aseguró que el tipo de agua de Zaragoza "reúne unas condiciones de dureza" que la convierte en buen vehículo para la legionela. Sebi y Urdániz coincidieron: "Esto ocurre pero no es nuevo ni excepcional y se puede prever aumentando el control". Respecto a la ubicación de las torres --criticada por su cercanía a las habitaciones-- Urdániz puntualizó que las distancias mínimas que marca el decreto (15 o 20 metros) son fáciles de cumplir.

CONCURSOS DESIERTOS. En julio y después del brote del Clínico, el concurso de mantenimiento de las torres del Servet quedó desierto. Salud apuntó en varias ocasiones: "El decreto es reciente y hay pocas empresas homologadas". Según Urdániz, "este servicio conlleva una inversión importante por parte de las empresas de mantenimiento, que suelen ser pequeñas. Y, como no se presupuesta de manera realista, a muchos no les compensa".