Como ya se hiciera con la sociedad Plaza, el consejo de administración de Expo Zaragoza Empresarial ha procedido a hacer una reducción de su capital social, devaluando el valor de sus activos para adaptarse al precio real que tendría en el mercado. Una maniobra contable que no deja de devaluar el valor de los activos de la sociedad, que en su caso es principalmente el patrimonio del recinto de Ranillas. Una reducción que fuentes del Gobierno de Aragón explicaron ayer que se debe al "deterioro" sufrido "por el paso del tiempo". Y que no se debe a una situación financiera complicada, sino a un "ejercicio de transparencia".

En eso consiste la reducción de capital aprobada por el consejo de administración de Expo Zaragoza Empresarial, que pasará de 195,18 millones de euros a 83,64 pese a que se anuncia que se hace "con la finalidad de compensar las pérdidas". En esta operación "voluntaria", destacó la DGA que no se debe a que su situación financiera sea delicada y que "con el paso del tiempo pueden recuperar su valor".

Así que el valor de sus activos ha sufrido una importante devaluación, que tienen que ver con "el deterioro que sufren todos los edificios", no con que no se haya logrado vender ni un metro cuadrado de oficinas. Ni con que algunos de esos mismos edificios lleven cerrados a cal y canto desde hace años.

Sin embargo, desde el consejo de administración garantizaron que Expo Zaragoza Empresarial no tendrá problemas de viabilidad, y que solo se debe para dar cumplimiento a la norma contable que rige las cuentas de las sociedades. Principalmente porque, pese a las pérdidas, tiene un activo muy importante para el que, aseguran, hay lista de espera en los inversores privados. Se trata de la Ciudad de la Justicia, que el Gobierno aragonés ya quiso incluir en el último plan de inversión aprobado y que se sacó in extremis. Aún así, la crisis inmobiliaria también ha hecho mella en el valor de esos inmuebles. Además del deterioro que alega la DGA.