Una exposición organizada por la Fundación de la Guardia Civil y un monolito con manos blancas surgiendo en relieve de la piedra recordarán en Huesca a las víctimas del terrorismo y la respuesta de la sociedad española a la violencia de estas organizaciones criminales.

El contenido de la exposición y del acto en homenaje a las víctimas del terrorismo, que se inaugurarán el próximo día 27, han sido detallados en rueda de prensa por la subdelegada del Gobierno en Huesca, María Teresa Lacruz, la alcaldesa, Ana Alós, y el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en la provincia, Vicente Reig.

Lacruz ha explicado que la exposición estará estructurada en tres secciones que recordarán, con imágenes fotográficas, la brutalidad terrorista (color rojo), la lucha de la Guardia Civil contra estas organizaciones (verde), y la respuesta de la sociedad en la calle (azul).

La responsable institucional ha hecho referencia en su intervención a cuatro guardias civiles vinculados a Huesca por nacimiento o destino y asesinados por ETA.

Así, ha recordado al teniente Francisco López Bescós, muerto en un atentado con bombas el 22 de julio de 1980 en Villamediana (La Rioja); al general en la reserva Juan Atarés Peña, asesinado en diciembre de 1985 de varios disparos en la nuca en Pamplona; y a los guardias Irene Fernández Pereda y José Ángel de Jesús Encinas, muertos en Sallent de Gállego (Huesca) en agosto de 2000.

Por su parte, el teniente jefe de la Guardia Civil ha explicado que la exposición, que itinera por el país, muestra en una de sus secciones imágenes "crudas y reales" de los efectos del terrorismo sobre la sociedad, con 1.400 víctimas de las que 900 han sido perpetradas por ETA.

Ha explicado que la sección en color rojo, que simboliza la sangre derramada, mostrará imágenes referentes a los efectos de la violencia terrorista tanto en Huesca como en el conjunto de Aragón.

La alcaldesa Ana Alós ha agradecido al instituto armado su colaboración en los actos convocados para el próximo 27 de junio, fecha de celebración del Día de las Víctimas del Terrorismo, a quienes el Consistorio oscense quiere rendir homenaje con la ubicación de un monolito en la céntrica plaza de San Antonio.

En el monolito, una imagen escultórica de la que brotan, en relieve, las manos blancas con las que la sociedad española mostró su rechazo a la violencia terrorista, se colocará una placa con el texto "Manos blancas que ahuyentan el olvido, palmas por la dignidad, espíritu de justicia. Huesca con las víctimas del terrorismo", del periodista oscense Javier García Antón.

La alcaldesa ha desvelado que algunas de las palmas que surgirán del monolito están hechas a partir de moldes de las manos de familiares de algunas de las víctimas de atentados terroristas.

Entre las personas que han confirmado su asistencia al acto se encuentran familiares de víctimas, como las de Manuel Giménez Abad, el líder del PP asesinado en Zaragoza por ETA, así como de algunas de las personas que murieron el 11-M en Madrid con vinculación con Huesca.

Con este acto, ha añadido, se pretende mostrar "respeto y apoyo" a los familiares de las víctimas, de quienes ha expresado su admiración por su "valentía" y "fortaleza".

La alcaldesa ha resaltado que el monolito se ha diseñado en recuerdo de todas las víctimas del terrorismo en España, desde la primera, la niña de 22 meses Begoña Urroz, que murió abrasada en junio de 1960 por una en la estación de Amara (Guipúzcoa), hasta la última.