Schindler preparó el desembarco en Eslovaquia hace varios años. Aunque la compañía no dio a conocer sus planes, fue desviando producción al Este de Europa a partir del 2014. De hecho, la facturación de la factoría eslovaca creció de forma exponencial hace cinco años al pasar de unos ingresos de 604.045 euros en el 2013 hasta los 26,8 millones un año más tarde. Los años sucesivos los ingresos crecieron notablemente hasta alcanzar los 80 millones en el 2018, según la base de datos de FinStat en Eslovaquia a la que ha tenido acceso este diario.

El presidente del comité de empresa de la planta de Schindler en Zaragoza, José Antonio Dieste, reconoció ayer que la compañía ha descapitalizado la factoría aragonesa «de forma gradual», aunque eso no se notaba en el empleo, salvo por un escaso goteo de despidos que se ha producido en los últimos años. «Nos decían que convenía producir lo mismo en dos plantas de Europa por lo que pudiera pasar», señaló Dieste, que ayer volvió a participar en una reunión infructuosa con la dirección de la firma dentro del periodo de consultas para negociar el despido de 119 trabajadores en el polígono Empresarium. De forma paralela, Schindler prevé crear alrededor de 170 puestos de trabajo en su planta de Eslovaquia, según publica eTrend.sk.

La expansión de las operaciones de Schindler, con sede en el Danubio, se volvió más dinámica tras la crisis económica. A partir de entonces, el grupo comenzó a transferir producción de sus plantas de Europa occidental donde tenía unos mayores costes. Eso se refleja, por ejemplo, en que los beneficios netos de la planta de Eslovaquia pasaron de ser negativos en el 2013 a alcanzar los 6,5 millones en el 2015. A pesar de ello, las cifras se encuentran muy lejos de los 100 millones alcanzados en Zaragoza.

«La dualidad de trabajos en Eslovaquia y Zaragoza se ha venido produciendo desde hace cinco o seis años», apuntó Dieste, que, sin embargo, recalcó que la empresa aseguraba que ello no iba a suponer ninguna merma para la factoría aragonesa. Hoy, el acta de defunción ya tiene fecha, el 31 de abril próximo.

La expansión de la base de empresas con sede en el Danubio, que Schindler comenzó a construir en Eslovaquia a finales de la década de los años 1990, continúa. Era un momento en que los constructores y desarrolladores eslovacos ofrecían sus productos finales.

SIN AVANCES

La dirección de Schindler y el comité de empresa volvieron a reunirse para avanzar en la negociación del expediente de regulación de empleo, que contempla 119 despidos en Zaragoza. Sin embargo, el encuentro «no llevó a nada», apuntó el representante de la plantilla, José Antonio Dieste. Hoy, el consejero de Industria, Arturo Aliga, tiene prevista una reunion con la dirección de la multinacional en el Pignatelli.