Los fabricantes aragoneses de remolques y semirremolques se han subido con energía al carro de la recuperación económica. La reactivación del sector, cuyas ventas se desplomaron casi un 80% en los años más duros de la crisis, ha permitido a las empresas asentadas en la comunidad recuperar casi 500 empleos desde los recortes del 2008 y del 2009. Las tres compañías instaladas en Zaragoza (Lecitrailer, Schmitz Cargobull y Leciñena) emplean actualmente a más de mil personas y solo las dos primeras aglutinan el 43% de la cuota nacional.

La industria comenzó a recuperar el terreno perdido en el 2014, pero no fue hasta el 2015 y el 2016 cuando aceleró su despegue. De hecho, la cifra de matriculaciones registró en el 2018 una leve caída respecto al 2017, un año en el que también se produjo un descenso (ver gráfico).

Hay que tener en cuenta que durante cinco o seis años las empresas apenas compraron remolques (se llegó a bajar de las 5.000 matriculaciones), por lo que la demanda creció rápidamente y se concentró en poco tiempo. Por eso, el sector valora el periodo de estabilidad en el que ha entrado el mercado. «Ha sido un buen año y las previsiones apuntan a que en el 2019 repetiremos las cifras del 2018», subraya el secretario general de la patronal de fabricantes Asfares, Julio Viartola, que recordó, por ejemplo, que los remolques frigoríficos se situaron en el 2016 en máximos históricos.

Las plantas aragonesas también han incrementado su carga de trabajo gracias a la exportación, un mercado en el que han concentrado sus esfuerzos tras el desplome de la crisis. «Estamos en un buen momento para los fabricantes porque es ahora cuando aprovechan para modernizarse», señala Viartola, que destaca que Zaragoza fue la quinta provincia que más matriculaciones registró en 2018 tras Valencia, Barcelona, Madrid y Murcia.