Un guardia civil de Tráfico falleció ayer en Aínsa tras sufrir un accidente cuando se dirigía a atender otro siniestro en la vecina localidad de Benasque (Huesca). La capilla ardiente de Rafael González Novales se abrirá hoy en Barbastro.

El trágico suceso tuvo lugar sobre las 13.00 horas en el punto kilométrico 435,200 de la N-260. Al parecer, según fuentes consultadas por este diario, el turismo implicado no habría respetado la prioridad de la motocicleta del agente y habría colisionado contra la misma. Como consecuencia del golpe contra el vehículo, Rafael González Novales salió despedido e impactó contra una señal de tráfico. Falleció en el acto, según estas mismas fuentes.

Fue su compañero de patrulla, que iba por detrás, ya que la víctima era un cabo de la Guardia Civil, el que ante lo ocurrido rápidamente intentó auxiliar al herido, a la vez que llamaba a la central del instituto armado para pedir asistencia sanitaria. Cuando llegó la ambulancia tan solo pudieron certificar la muerte. La conductora del turismo no intentó fugarse del lugar.

Hacía cuatro meses que Rafael González Novales prestaba servicio en el destacamento de Tráfico de Aínsa, donde había pedido su traslado después de haber estado en Seguridad Ciudadana en el puesto de Monzón, si bien toda su trayectoria profesional hasta la fecha había sido siempre en lo relacionado con la seguridad vial. Vivía en Barbastro, estaba casado y tenía tres hijos.

La capilla ardiente quedará instalada a partir de las 9.00 horas de hoy en el Ayuntamiento de Barbastro, tras aceptar la familia el ofrecimiento del alcalde de la localidad, Antonio Cosculluela, que trasladó su pésame tanto a la familia como a los miembros de la Benemérita. El consistorio de este municipio celebrará hoy un pleno para acordar los días de luto correspondientes por el fallecimiento de su vecino, al igual que lo hará e Ayuntamiento de Aínsa.

Esta trágica muerte en acto de servicio conmocionó a los agentes del cuerpo y, en especial a los de Tráfico en la comunidad, ya que, tal y como señalaron algunos compañeros a este diario, «su carácter le hacía ser conocido por todos, además de querido». Las condolencias también llegaron procedentes del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido y del director de la DGT, Gregorio Serrano.

En marzo del año pasado murió arrollado otro agente de la Guardia Civil de Tráfico, José Antonio Pérez Pérez, de 54 años. Ocurrió cuando realizaba un control de carretera en Barbastro. La Audiencia Provincial de Huesca elevó de 6 a 8 años de internamiento la pena para Abraham G. N., que en el momento en que produjo el siniestro tenía 17 años.