Un hombre de 42 años falleció en la madrugada de ayer de un infarto después de haber apuñalado a su padre en una vivienda del Casco Antiguo de Zaragoza. El agresor también se enfrentó a los policías que acudieron en ayuda de la víctima.

Los hechos ocurrieron poco antes de la una de la madrugada, cuando una mujer llamó al 091 para alertar que se estaba produciendo una agresión en un piso de la calle Mayor. La mujer explicó que un vecino intentaba matar a su padre.

Desplazada una dotación policial al lugar de los hechos, los agentes comprobaron que se había producido una agresión, de la que había sido víctima Luis G. E., de 74 años, quien presentaba varias manchas de sangre en la ropa y heridas en la espalda. El agresor había sido su hijo, José Luis G. A., quien se encontraba en estado de enajenación y que había utilizado unas tijeras para atacar a su padre por motivos que aún no han sido esclarecidos.

Los policías instaron al agresor para que depusiera su actitud y entregara las tijeras, pero éste se enfrentó a los agentes, que tuvieron que reducirle. En el forcejeo que se produjo, uno de los funcionarios sufrió varios cortes poco profundos en la mano y rodilla izquierdas.

DESARMADO Tras arrebatarle el arma, el agresor manifestó que no se encontraba bien, presentando síntomas de mareo, hasta que perdió el conocimiento. Los agentes solicitaron que se enviara urgentemente una ambulancia al lugar.

Aunque todavía estaba con vida cuando llegó el personal sanitario, el agresor falleció cuando estaba siendo asistido, al parecer por una parada cardiorrespiratoria como consecuencia de un infarto.

Al lugar de los hechos se desplazó el médico forense de guardia y, posteriormente, se ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado por la Hermandad de la Sangre de Cristo al Instituto de Medicina Legal para practicarle la autopsia. Las heridas que presentaba el padre del fallecido no eran muy profundas.

Según informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía, José Luis G. A. no contaba con ninguna detención anterior, y tampoco se conocían antecedentes de agresiones a su familia.

Los hechos se enmarcan en los delitos de violencia familiar que, principalmente sufren las mujeres por parte de sus parejas y los niños, aunque con una tendencia al alza en los casos de malos tratos de los hijos a los padres, de los que en Zaragoza se han presentado varias denuncias en las últimas semanas.

Por otra parte, Monserrat Comas, vocal del Consejo General del Poder Judicial y presidenta del Observatorio sobre Violencia Doméstica, pronunció ayer una conferencia en la capital aragonesa, donde dijo que desde el pasado mes de agosto se han producido 106 órdenes judiciales de protección a las víctimas de malos tratos de género en la comunidad, y que ninguna de las mujeres acogidas a esta medida ha sufrido nuevas agresiones.