El joven afincado en Pina de Ebro que fue hallado el pasado martes agonizando en su cama, atado de pies y manos, falleció el pasado domingo en la UCI del hospital Clínico de Zaragoza. La noticia de la muerte de Pedro L. J. C., de 35 años, fue recibida como "un mazazo" entre los vecinos del pueblo.

Según explicó a este periódico el alcalde de Pina de Ebro, José Zumeta, la víctima de la brutal agresión, que permaneció durante cinco días ingresado, murió en torno a las nueve de la mañana. Ayer, a las seis de la tarde, estaba previsto que se celebraran los actos funerarios por el fallecido en el municipio guipuzcoano de Lazkao. Hasta dicha localidad se trasladó una teniente de alcalde en representación del Ayuntamiento de Pina de Ebro.

"Aunque era un chico de fuera, la noticia ha conmocionado a todo el pueblo, porque era una buena persona y jamás creó problemas en el pueblo. Tras certificarse su muerte, un concejal y yo acudimos a ver a los familiares al hospital. Ha sido muy duro", señaló Zumeta.

El alcalde apuntó que "las circunstancias" en las que se han producido los hechos han agravado la "tristeza" de los habitantes del pueblo: "Ayer mismo hablé con los vecinos que viven en el inmueble colindante con el del fallecido y me dijeron que nunca tuvieron quejas sobre su comportamiento. Además, existía la sensación de que era un joven ingenuo y trabajador", agregó.

RASTRO DE SANGRE Pedro L. J. C. fue encontrado por la Guardia Civil en su domicilio el pasado día 20, después de que varios compañeros de trabajo denunciaran su ausencia injustificada durante dos días. La víctima estaba empleada en la empresa Arruabarrena, dedicada a la bollería industrial. Apareció en un estado tan grave que un leve movimiento le hizo entrar en parada cardio-respiratoria. Los médicos tardaron más de una hora y media en estabilizarle antes de trasladarlo en helicóptero. Estaba atado de pies y manos en la cama, en medio de un charco de sangre, con la cara desfigurada. También había restos de sangre en otras zonas de la casa.

Posteriormente, fue sometido a dos intervenciones, en las que se le amputó la mano izquierda --que estaba "necrosada"-- y se le redujo una grave herida craneal, provocada al parecer con un objeto contundente. Sin embargo, la víctima no pudo resistir más y falleció el domingo.