El fotógrafo y cámara Miguel París, padre de la televisión en Aragón, falleció ayer en Zaragoza a la edad de 83 años. Con él se ha ido una figura señera de la imagen en la mitad del siglo XX.

Casado y con cinco hijos, dos de los cuales, Ignacio y Miguel, siguieron sus pasos como profesionales en el centro aragonés de RTVE, Miguel fue durante muchos años el único corresponsal y cámara de la pequeña pantalla, donde empezó a trabajar con una escasez inimaginable de medios el 28 de marzo de 1958, casi al mismo tiempo que la televisión empezaba a extenderse fuera de Madrid.

Nacido en la localidad zaragozana de Letux en 1921, empezó a interesarse por la fotografía en 1946, un año después de concluida la II Guerra Mundial, en la que participó como voluntario de la División Azul. Como profesional de la imagen trabajó para la Diputación Provincial de Zaragoza y para los periódicos Amanecer , Heraldo y Pueblo , así como para las agencias de noticias nacionales, Cifra y Efe .

Sin embargo, a partir de la década de los 60, su principal dedicación fue la televisión, que todavía tenía mucho de elaboración artesanal. En aquella época no era raro ver a Miguel París en la carretera de Madrid y parando al primer coche que pasaba para pedir a sus ocupantes que llevarán sus películas a la capital. Cuando los voluntarios llegaban a su destino, los motoristas del ente ya estaban esperándoles.

Otros trabajos que no requerían tanta urgencia los enviaba a través del último tren correo de la noche. En aquellas fechas, París presumía de haberlo inaugurado todo y su presencia era requerida siempre que ocurría un acontecimiento de importancia en las localidades aragonesas.

Hombre entrañable y sumamente respetuoso con las ideas de los demás, era difícil no ser amigo de él, sobre todo los periodistas que empezaban entonces y para los que siempre tenía una frase de ánimo.

Uno de sus trabajos provisionales más importantes fue la información del incendio del hotel Corona de Aragón, cuyas imágenes cubrió con la colaboración de los dos hijos ya citados. Recibió elogios y premios importantes por él y no llegó a una final de televisión europea porque el Gobierno de entonces, de UCD, ordenó retirar la película por entender que era negativa para la promoción turística de España.

En este difícil momento, nuestra solidaridad y cariño para su familia por la importante pérdida, que también lo es para el periodismo y para sus amigos, que fuimos todos los que le conocimos.