Un recluso de 23 años, Nicolás Muñoz Torres, fue hallado ahorcado ayer en su celda de la prisión de Zuera durante el recuento de las ocho de la mañana. La víctima compartía la dependencia con otro preso, que no advirtió nada, según sus declaraciones.

El interno utilizó el cinturón de la bata para anudárselo al cuello y dejarse caer desde la parte alta de la litera, a menos de dos metros del suelo. Su compañero dormía en la parte inferior.

Muñoz Torres había llegado al centro de Zuera procedente de Alicante a finales de noviembre y se encontraba en el módulo nueve, destinado a presos conflictivos. No obstante, tenía un buen comportamiento, según informaron fuentes penitenciarias, que también confirmaron que no estaba incluido en el grupo de posibles suicidas, que está sometido a unas medidas especiales de seguimiento.

Las fuentes consultadas señalaron que el fallecido comunicaba normalmente con sus familiares y que este mes de diciembre tenía programado un vis a vis . Sin embargo, no pudieron precisar los motivos de su condena, que no acabaría de cumplir hasta el año 2017.

SEGUNDO AHORCAMIENTO Se trata del segundo preso que fallece por ahorcamiento en la prisión de Zuera en menos de 30 días, ya que otro recluso, Emilio Perea, fue hallado el pasado 19 de noviembre en las mismas circunstancias.

Con esta son siete las personas que han fallecido este año en el centro, la mayoría de ellas por patologías diversas, una cifra muy elevada que supera a la del resto de cárceles españolas, pese a que el subdirector general de Sanidad Penitenciaria, Julián Sanz, manifestara en una reciente visita a Zuera que no había ninguna anomalía en este dato.

El incremento de la mortalidad de presos ha coincidido con la masificación de la cárcel zaragozana, que ha llegado a albergar en las últimas semanas a más de 1.700 presos, cuando sus instalaciones y la plantilla incompleta de funcionarios de la que dispone se proyectó para 1.006.

Zuera se ha convertido este año en la tercera prisión más poblada de España. Además de albergar un 25% de internos extranjeros, el centro penitenciario es ahora un aliviadero para las cárceles de Murcia y Levante, de donde procedía la última víctima.

Esta situación ya llevó a los sindicatos penitenciarios a plantear la necesidad de cubrir las vacantes y aumentar la plantilla a la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo.