La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que, a raíz del caso de un menor de Benasque, permitió a los menores trans cambiar su sexo en el registro, contó con el voto particular de dos magistrados, uno de ellos Encarnación Roca, vicepresidenta del tribunal, además de Alfredo Montoya. Ambos discrepan del criterio mayoritario al considerar que la ley, tal como estaba, suponía una «garantía para el menor» y criticaron el fallo por intentar «optimizar» la norma, es decir, por indicar al legislador cuál es la mejor opción, en lugar de dirimir si es constitucional.

Pese a este criterio más conservador, sus argumentos técnicos coinciden con los que la madre del menor oscense, Natalia Aventín, usaba para criticar la sentencia por quedarse corta. Los jueces discrepantes la ven «confusa» y «meramente interpretativa» por dejar sin concretar «quién y cómo se ha de determinar la «madurez» y «estabilidad de la transexualidad» del menor, criterios exigidos para el cambio.

El fallo, que ayer hizo público en su totalidad el TC, considera que la prohibición hasta ahora vigente a los menores afectaba a su «dignidad» y era «una profunda intromisión» en su intimidad.