El director general de Salud Pública, Javier Falo, explicó ayer que la seroprevalencia, el grado de infección del covid-19 en la población de Aragón, es bajo, lo que significa que la transmisión «no ha sido muy alta», aunque como contrapunto hay más población sensible ante una posible segunda oleada, por lo que hay que estar «preparados».

Falo compareció ayer en la Comisión de Sanidad de las Cortes para informar sobre los resultados de la primera fase del estudio de seroprevalencia, que dejan en 4,6% la prevalencia en la Comunidad (4,4% en Huesca, 3,5% en Teruel y 5,2% en Zaragoza). «No existen grandes diferencias entre las tres provincias, aunque el peso de la población de Zaragoza condiciona la media de Aragón», y la seroconversión mayor de Teruel puede deberse a los casos aparecidos en las últimas semanas, «con mayor transmisión comunitaria ya que en zonas más despobladas hacen falta pocos casos para que la incidencia suba», mientras que en Huesca no ha habido mucha seroconversión y Zaragoza se ha mantenido con estabilidad.

El director general explicó que la muestra elegida por el INE para realizar este estudio tiene representatividad provincial, que incluso se han primado los territorios más despoblados, y que el estudio pone de manifiesto que no todos los grupos de edad se han visto afectados de la misma forma. La media de prevalencia de Aragón está entre el 4,8 y el 5 %. En las personas de entre 60 y 64 años la proporción de personas infectadas es del 7 % o del 7,6 las de entre 65 y 69 años, por lo que las personas mayores se han visto más afectadas, probablemente por el «ámbito residencial», mientras que entre 5 y 30 años la prevalencia está por debajo de la media de la población general.

Con respecto a una segunda oleada en otoño, Falo insistió en la necesidad de reforzar los sistemas de información, detección y vigilancia, también las redes de apoyo comunitarias; trabajar en planes de contingencia para recuperar la capacidad de respuesta con tiempos muy cortos, y preparar «los escenarios en los que ha habido más problemas» para que haya menos, en referencia a las residencias. «No se sabe qué viene en otoño, pero sí que una segunda oleada podría venir acompañada de un periodo de frío, cuando los virus respiratorios se agravan, y estar combinada con otros como la gripe, por lo que debemos prepararnos para lo peor».