La escasez en el número de nichos vacíos en el cementerio de Torrero de Zaragoza ha obligado al ayuntamiento a iniciar la construcción de 1.050 nuevos, con los que se cubrirán las necesidades de columbarios hasta finales del 2020. Esta es la previsión del consistorio teniendo en cuenta que el ritmo de ocupación es de entre 30 y 40 mensuales. Con el número actual la disponibilidad alcanzará hasta el mes de febrero del 2019 por lo que «es muy urgente iniciar la construcción» de más espacios, advierten desde Urbanismo.

El millar de nichos se sumará a los que se han ido construyendo en los últimos años.

Desde diciembre del 2017 hasta el pasado junio se han levantado 460 nuevos espacios, de los que 320 ya están ocupados. Para evitar problemas, el ayuntamiento ya ha sacado a licitación la construcción de 1.050 nichos que corresponden a 17 columbarios que tienen una capacidad variable de entre 50, 60 y 70 huecos. Se van a levantar en las manzanas 109, 110, 120 y A-4 y los trabajos se prolongarán durante tres meses y medio. El coste total asciende a 240.343 euros, unos 229 euros por nicho.

Durante el 2017 se construyó un grupo de cinco columbarios con capacidad para 50 nichos cada uno y que sumaron 250 más a la manzana número 120 de Torrero. De acero inoxidable y tapas de granito, se comenzaron a ocupar hace exactamente un año y ya no hay espacios libres, explican desde Arquitectura.

A lo largo de este ejercicio se han creado otros 210 huecos en esta misma manzana para cubrir las necesidades, de manera que hasta febrero del próximo año habría disponibilidad. Sin embargo, no son suficientes por lo que desde el área de Urbanismo se aconsejó que se creara un nuevo conjunto de columbarios que amplíen la capacidad del camposanto.

Con los 1.050, y siempre que el ritmo de ocupación se mantenga estanco, se podría atender la demada de los próximos años, informan desde el servicio de Arquitectura.

La tendencia actual apunta a que cada vez se realizarán más incineraciones que entierros como consecuencia de las reagrupaciones familiares. Desde hace años las cremaciones superan a los enterramientos entre otras cosas, por un cambio en la «cultura funeraria» en el que tiene mucho que ver con que las familias piden la exhumación de sus seres queridos para reagruparlos en urnas que depositan en capillas o nichos.