La ratio de orientadores en Aragón podría cambiar en los próximos años y alcanzar, o al menos aproximarse, al número recomendado de profesionales por la Unesco. Este organismo determina que por cada 250 alumnos debe haber un orientador, mientras que en Aragón la cifra media de estudiantes atendidos por este docente triplica dicha recomendación, ya que se establece un trabajador por cada 800 estudiantes.

«Pero hay que tener en cuenta que hay centros, como mi instituto, donde hay 1.300 alumnos y un solo orientador», aseguró José Antonio Planas, presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía. «Y en Secundaria siempre hay uno haya el número de alumnos que haya, aunque sea un centro rural o tenga un elevado porcentaje de alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo», añadió.

La situación ahora podría revertirse después de que, el 20 de junio, las Cortes de Aragón aprobarán una proposición no de ley de en defensa de la orientación, defendida por la portavoz del PAR, María Herrero, y respaldada por la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía y el Colegio Profesional de Psicología de Aragón.

El documento que salió adelante también insta a la DGA a convocar oposiciones de orientación en la próxima convocatoria de Secundaria, «dado el gran número de interinos y las perspectivas futuras de próximas jubilaciones».

RECURSOS / En la proposición se reclama potenciar los servicios de orientación, con un incremento de recursos de un 20% antes de terminar la legislatura, y el compromiso de alcanzar el incremento de un 40% en seis años.

Por otro lado, el Ejecutivo hará las gestiones necesarias con el Gobierno de España «para transmitir la recomendación de que la materia de Psicología de 2º de Bachillerato la impartan desde los Departamentos de Orientación», según la proposición.

Los colectivos de psicopedagogía y el colegio profesional de psicología mantuvieron reuniones en enero y en febrero con los grupos parlamentarios para trasladar sus reivindicaciones, entre las que está la «estabilidad» en las plantillas para favorecer la permanencia de los miembros de los servicios de orientación. Critican que hace ya tres décadas que se inició en España la implantación de la orientación como un modelo que sería «reforzado e incrementado sustancialmente en pocos años». Sin embargo, constatan «un estancamiento y falta de voluntad clara de apuesta».

«A mayor orientación, mejor atención a la diversidad del alumnado, mejor formación del profesorado y mejores resultados, no solo académicos, sino de desarrollo socioemocional», añaden. «No es una hipótesis, es una certeza. Los profesionales de la orientación son el cauce más rápido y menos costoso de promover proyectos pedagógicos, formar al profesorado y diseñar políticas transversales educativas en los centros», matizan.