El pantano de San Salvador ha cambiado el paisaje de la comarca del Cinca Medio en las que se enclava desde su inauguración en el 2015. En sus orillas proliferan las aves y su isla central es una especie de reseva natural. Sin embargo, al no existir un plan director que regule los usos lúdicos de sus orillas las empresas de aventura del entorno no han podido desarrollar una explotación turística del embalse. Es lo que denuncian desde Agualate (de Albalate de Cinca) tras haber solicitado un permiso de navegación en las aguas para ofrecer cursos de iniciación a las canoas, las piraguas o los kayaks.

El portavoz de la entidad deportiva y turística, Jorge Calvo, que tiene una experiencia de una decena de años, lamenta la negativa que se han encontrado por parte de la comunidad de riegos del Canal de Aragón y Cataluña -la entidad que gestiona la infraestructura construida por la sociedad estatal Aguas de las Cuencas de España (Acuaes) tras una inversión de 105 millones de euros-. En la carta en las que les niegan el permiso aseguran que está supeditado «a lo que finalmente pueda determinarse» en el plan director territorial que se deberá pactar entre los ayuntamientos de Binaced, Belver y Albalate de Cinca, así como por la Diputación Provincial de Huesca (DPH) y la propia comunidad de regantes.

Calvo lamenta que esta falta de prevusión impide explotar un entorno natural idóneo para la iniciación en los deportes acuáticos en una época en la que se está primando el turismo de interior por la pandemia del covid-19. «Desde el comienzo de la fase uno hemos estado trabajando en los ríos Cinca y Ésera cumpliendo las medidas de distanciamiento adecuadas», manifestó.

Por estas razones piden que se avance en la definición de los usos lúdicos. «Es un entorno muy seguro que permitiría ofrecer un atractivo nuevo y muy importante para el Cinca Medio», indican. Los pantanos de Barasona o de Mequinenza son un buen ejemplo de la promoción turística de un entorno gracias a los usos recreativos asociados a las masas de agua, tanto en la navegación como en la pesca deportiva. «Es ridículo tenerlo todo parado», insisten.

MEJILLÓN CEBRA

En la comunidad de riegos conocen la situación, pero prefieren ir con calma y no existe una fecha para comenzar la redacción del plan director. Por el momento aseguran que la prohibición de la navegación en todos los sentidos tiene que ver con la prevención ante la propagación del temido mejillón cebra.

«Por el momento el uso de San Salvador se fundamenta en el riego y el abastecimiento», asegura el presidente de la comunidad de regantes del canal de Aragón y Cataluña, José Luis Pérez González. Además destaca que todavía queda «mucho por desarrollar» pues prácticamente no se ha superado su periodo de pruebas. «Con el tiempo se irán clarificando sus usos», manifestó.

«Está claro que el pantano de San Salvador acabará siendo un foco de riqueza para la zona gracias, también, a sus usos terciarios, pero todo llegará a su debido tiempo», considera. San Salvador tiene una capacidad de 136 hectómetros cúbicos y permite atender el riego de 22.400 hectáreas.