La familia de Angel Julián Lafuente, el joven de 20 años fallecido la semana pasada en el hospital de Calatayud, al parecer por una sepsis meningocócica, se reunirá mañana con el abogado de la Asociación del Defensor del Paciente (Adepa) para estudiar si inicia acciones legales contra la Consejería de Sanidad por una presunta "desatención médica". Según la versión de la madre y de un hermano de la víctima, Angel Julián Lafuente tuvo que esperar 50 minutos en Urgencias "a pesar de que tenía el cuerpo plagado de manchas moradas, la fiebre muy alta, síntomas de debilidad y dificultad para respirar".

Un testigo presencial de los hechos, Juan José Longares, ha corroborado en declaraciones a EL PERIODICO DE ARAGON esta versión y asegura sentirse "indignado" de que durante todo este tiempo ningún médico hubiera salido para reconocerle. "Es vergonzoso que la evaluación de una persona en Urgencias la haga el personal administrativo y los enfermeros en lugar de un médico", añadió. El abogado de la asociación Adepar, que hasta el momento sólo se ha puesto en contacto con los familiares por teléfono, indicó que aún es pronto para hacer una valoración sobre el caso, ya que todavía no están los resultados de la autopsia. No obstante, mañana se reunirá con los familiares de la víctima para conocer su versión de primera mano y estudiar las posibles acciones legales que se pueden emprender si se confirma que estuvo 50 minutos esperando a ser atendido.

TIEMPO REAL Y PERCIBIDO Por su parte, el director del Hospital Ernest Lluch de Calatayud, Ignacio Sagardoy, aseguró ayer a este diario que Angel Julián Lafuente "fue atendido perfectamente de principio a fin" y que "los médicos sólo tardaron diez minutos en reconocerlo". El responsable del hospital puntualizó que "una cosa es hablar de tiempos percibidos y otra de tiempos reales".

En este sentido, aseguró que la hora de ingreso del paciente en el servicio de Urgencias está contrastada por "un registro informático y los informes solicitados a los facultativos". Sagardoy explicó también que en el momento del ingreso el paciente se encontraba "orientado" y con "un cuadro que se fue agravando y desembocó en un shock", periodo en el que fue tratado en "primera instancia" por facultativos de urgencias y el anestesista de guardia.

Una versión que no coincide con la de la madre del fallecido, Teresa Picazo, quien aseguró a este diario que su hijo "no sentía las piernas y que se encontraba completamente mareado". Juan José Longares, un téstigo que se encontraba en Urgencias para ser atendido de una tendinitis, explicó que "desde las 14.10 en que el joven llegó a la sala todos los que estábamos allí éramos conscientes de que su estado era grave".

A pesar de ello, según aseguró el testigo a este diario, "ningún médico salió a atenderlo hasta que su madre golpeó con insistencia la puerta". Fue entonces cuando precisamente él mismo tuvo que ceder el box de Urgencias en el que se encontraba para que Angel Julián Lafuente pudiera ser atendido, un hecho que según el testigo se produjo a las 15.00 horas.

DENUNCIA POR FALTA DE MEDIOS Por su parte, la concejal de Bienestar Social, Belén Tortosa, reiteró ayer que el Ayuntamiento de Calatayud ha solicitado que mejore el Servicio de Urgencias del Hospital Ernest Lluch, por considerarlo "deficitario", y recordó que se trata de una reclamación "de hace tiempo".

Según la edil popular, "el personal está formado por grandes profesionales, sin embargo, es un servicio que lleva trabajando más de diez años con la misma plantilla, a pesar del aumento de la población de Calatayud, sobre todo en verano". Por su tarde, el director del hospital, Ignacio Sagardoy, fue tajante al respecto y aseguró que "en absoluto existe falta de medios".