Villar del Cobo, en un extremo de la sierra de Albarracín, casi más cerca de Guadalajara y Cuenca que de Aragón, ha estado a punto de sufrir un duro golpe. Con apenas 200 habitantes, su escuela se había quedado con solo dos niños y todo indicaba que, si no se hacía algo enseguida, iba a cerrarse definitivamente.

Por eso el ayuntamiento lanzó una campaña por internet para atraer nuevos pobladores al municipio. Anunció que necesitaba una familia con niños para llevar el bar del pueblo.

"Llovieron las demandas de trabajo, más de 200", señala el concejal Manuel José Zamorano, murciano de Cartagena que regenta la farmacia. "En muchos casos eran personas desesperadas, con situaciones muy duras, que a veces ni siquiera cumplían los requisitos y que recurrían a esta oferta porque no tenían nada más", explica.

Los ganadores de la plaza son una familia de San Pedro de Pinatar (Murcia), un matrimonio con tres trillizos de 3 años y otro niño de 11. Tendrán que pagar 150 euros por el alquiler del bar, pero tienen derecho a vivienda. "Se trata de condiciones atractivas, pues el bar había salido a licitación anteriormente y no se presentó ningún candidato", continúa Zamorano.

La llegada de estos nuevos habitantes, que hace pocos días que se encuentran en Villar del Cobo, ha llenado de optimismo al consistorio. "Tienen conocimientos de hostelería, tal y como se exigía en las bases, y ellos también han visto en Villar una oportunidad de salir adelante", dice el concejal.

Con todo, la adaptación a las condiciones de vida del pueblo pueden resultar difíciles. Villar del Cobo se encuentra a más de 1.400 metros de altitud y los inviernos son largos y fríos. "El principal medio de vida es la ganadería y hay también algo de agricultura, pero poco, por el clima de alta montaña", señala Zamorano

En sus cercanías, y dentro de su término municipal, se encuentra el nacimiento del río Tajo, que es un foco de atracción turística. Sin embargo, Villar del Cobo apenas recibe visitantes, un recurso que su consistorio desearía explotar aprovechando el foco que representa Albarracín.

Sin embargo, eso es el futuro. Lo que cuenta ahora es que la llegada de la nueva familia salva el presente del municipio. Porque, como dice el concejal, "en tiempos de recortes, si se cierra una escuela, es muy difícil volver a abrirla".