La gestión desinteresada de Pilar Pardo no solo ha dejado a 34 familias agradecidas en Aragón, sino que ha logrado adeptos a su causa. Es el caso de Luis Badenas, concejal del PAR en Almonacid de la Cuba. "Me llamó para contactar con tres familiares de víctimas en mi pueblo y me interesó su labor, desde entonces le ayudo en lo que puedo con las familias aragonesas". De hecho, junto con Rubén Egido, concejal del PP en Luceni, recibieron ayer mismo a unos beneficiarios de la ayuda que viven en Cataluña, la familia Susín.

Quizá por este apellido "tan aragonés", Esther Susín, nieta de Juan Susín, muerto en el castillo austriaco de Hartheim, ha heredado el empeño paterno de encontrar a su familia aragonesa. Este sábado le dio "una sorpresa", trayéndolo a Zaragoza y a Luceni para buscar pistas. "Él siempre ha tenido este empeño, y yo lo sigo", explicaba. Y es que la historia de su abuelo, que dejó huérfanos a su padre y su tío, con cinco y siete años respectivamente, tiene lagunas.

"Creemos que nació en Luceni, porque mi bisabuelo era ferroviario allí, pero mi padre ya se crió en Barcelona; él mantiene la versión de que cuando le preguntaron en Francia sobre su origen dijo Luceni para que no encontraran a su familia y tomaran represalias". Prácticamente lo único que saben es que lo capturaron en Francia, luchando en la resistencia contra los nazis, lo llevaron a Mauthausen, al campo auxiliar de Gusen y de allí al citado castillo austriaco donde murió, con 43 años. "Se da la casualidad de que mi marido es austriaco --explica Esther--, y con él y mi padre visitamos los campos, nos queda pendiente el castillo".

Como se ve, el asesinato de Juan Susín es un tema que "siempre ha estado muy presente" en la familia, aunque en cierta forma era tabú. Por eso la ayuda ha sido recibida "como un reconocimiento de que algo no se hizo bien. Obviamente es solo un símbolo, nada puede resarcir a mi padre y a mi tío de su orfandad".

Una sensación parecida a la de otros dos casos aragoneses, los de la familia Torrijo y los Castillo. Josefa Solano es la mujer de Julián Castillo, cuyo Padre, Emilio, fue asesinado en Gusen. Ella se enteró de las ayudas por la prensa, y se lo contó a su marido, que ya había recibido una compensación exigua del gobierno alemán hace años. "Pero él no quiso saber nada, no le gusta hablar de ello".

INDAGACIONES

"Me puse en contacto con Pilar y ella incluso nos fue descubriendo la historia, nos dijo que probablemente le engañaron diciéndole que si luchaba con Francia podría volver a España, y él, viudo y con un hijo pequeño, lo debió de creer; al final lo metieron en un campo y se lo llevaron los alemanes", explica. Cuando consiguieron la ayuda, Pepita comprobó que aunque su marido sea más bien "introvertido" y reacio a hablar del tema, recibió el reconocimiento "muy emocionado".

Para Carlos Bonilla Torrijo, biznieto del asesinado Miguel Torrijo, la recompensa fue "una forma de cicatrizar heridas, de ayudar a que se reconozcan estos hechos como parte de la historia". Aunque "por supuesto el dinero nunca compensa por dejar cuatro hijos huérfanos". Y es que a su abuelo nunca le gustó hablar del tema, que marcó su infancia junto con la muerte de su madre, poco después. "Es algo que siempre ha estado presente, pero a la vez ha sido un tabú", coincidía con las otras familias. Con reconocimientos como este, y una probable visita a Mauthausen --"sabemos que se celebra un homenaje anual a las víctimas"--, se ayuda a restañar estas heridas.

En lo que coinciden todos es en alabar la figura de Pilar Pardo, que les ha facilitado todo tipo de ayuda. "Te lo da todo mascado --resumía Esther Susín--, realiza una labor increíble. Si hubiera más personas como ella, el mundo iría mejor". abuelo nunca le gustó hablar del tema, que marcó su infancia junto con la muerte de su madre, poco después. "Es algo que siempre ha estado presente, pero a la vez ha sido un tabú", coincidía con las otras familias. Con reconocimientos como este, y una probable visita a Mauthausen --"sabemos que se celebra un homenaje anual a las víctimas"--, se ayuda a restañar estas heridas.

En lo que coinciden todos es en alabar la figura de Pilar Pardo, que les ha facilitado todo tipo de ayuda. "Te lo da todo mascado --resumía Esther Susín--, realiza una labor increíble. Si hubiera más personas como ella, el mundo iría mejor".