La asociación de familiares de víctimas del Yak-42 anunció ayer que se da por satisfecha con el informe que anteayer firmó la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, en el que reconocía que el accidente se podía haber evitado y, con ello, la responsabilidad de la Administración. «Podemos poner fin a la lucha con la cabeza muy alta», expuso emocionada emocionada la portavoz de la asociación, Curra Ripollés, en una rueda de prensa en la que el presidente, Miguel Sencianes, animó a los socios a que «rompan filas», igualmente emocionado. Y no sin antes remarcar que «la corrupción mata» y que las 62 víctimas del accidente «no dieron la vida por España, España se la quitó».

No obstante, los familiares pidieron al menos dos gestos para honrar la memoria de las víctimas. Por un lado, que la ministra Cospedal comparezca en el Congreso para dar cuenta de las conclusiones del informe. Por otro, que Defensa organice un homenaje adecuado el año que viene coincidienco con el 15 aniversario de la tragedia, en Zaragoza. Para este 26 de mayo volverán al monolito conmemorativo de la tragedia aérea en el paseo Constitución de la capital aragonesa.

Para Ripollés, la comparecencia en el Congreso sería «un ejercicio de honor a la verdad» y de «respeto a los militares» y serviría para que los partidos «tomen conciencia» de que se debe buscar «la verdad y la justicia».

La asociación celebrará una asamblea el próximo 13 de mayo para decidir si se disuelve, tras 14 años de lucha. Porque, como explicó el abogado de la asociación, Leopoldo Gay, también presente ayer en Madrid, «probablemente, la satisfacción es parcial, pero con esto, los familiares se sienten reparados en cuanto al relato de lo que pasó».

Pese al relativo «júbilo» que expuso el letrado, los familiares no dejaron de incidir en que nadie de los responsables de aquella época, como Federico Trillo, ha admitido su responsabilidad ni pagado por ella. Esperan que Cospedal también pueda aclararlo en el Congreso.