El dispositivo de búsqueda desplegado para identificar al animal que ha decapitado a veinticinco corderos en un establo de Villalengua sigue sin dar resultados. El felino de gran tamaño que, según las investigaciones de Medio Ambiente, merodea la zona consiguió eludir anoche la vigilancia de los agentes de Protección de la Naturaleza y las numerosas trampas colocadas por la DGA.

Técnicos del servicio de Biodiversidad y de Medio Ambiente de Huesca se han unido en los últimos días a los agentes de la zona para analizar las pruebas encontradas y rastrear el entorno del establo atacado en busca de nuevos indicios que ayuden a indentificar y localizar al animal. Sin embargo, el felino de "gran tamaño" que tiene perplejos a los técnicos parece haber detectado la presencia humana ya que no ha vuelto a atacar al rebaño desde que se han intensificado los trabajos.

Fuentes de la DGA aseguraron ayer que si no se localiza en los próximos días se reforzará la vigilancia y se aumentarán las trampas y cebos dispuestos hasta el momento.

Seis cámaras fotográficas automáticas, cebos de olor, jaulas trampa, y arena cribada han sido las argucias utilizadas hasta el momento sin resultados positivos. Incluso se ha colocado un pedazo de carne asada para analizar sus gustos culinarios , pero después de acercarse y olfatearlo --según se comprobó por las huellas-- el animal se decantó por la cabeza de los corderos.

Precisamente, su preferencia por esa parte concreta --el resto del cordero no lo toca-- ha afianzado la hipótesis de que haya estado anteriormente en cautividad. "Su extraña conducta puede deberse a que fuera alimentado por humanos, y sólo le hubieran dada restos, como la cabeza de un cordero", explica un experto.

LLAMAMIENTO A LA PRUDENCIA Por esta razón, se están realizando investigaciones de forma paralela para averiguar la procedencia del animal. "Se están rastreando los particulares y empresas que hayan tenido un felino de gran tamaño en la zona y que pudieran haberse desprendido de él", aseguraron fuentes cercanas a la investigación.

La DGA ha hecho un llamamiento a la calma y la discreción, ya que la alarma que se ha creado en la zona difuculta los trabajos. Según explicaron fuentes de Medio Ambiente los "numerosos curiosos que se acercan hasta el establo de Villalengua originan rastros de olor que pueden espantar al animal y provocar que no se acerque".

Además según explican desde este departamento, el sistema de vigilancia utilizado es muy costoso de instalar, y debido al movimiento que hay ahora es necesario montarlo y desmontarlo cada noche.