Los elementos se han abatido con dureza sobre la agricultura aragonesa durante el 2018, especialmente el pedrisco, la sequía, las inundaciones y el viento. Así lo refleja el balance acumulado hasta el 28 de agosto de Agroseguro, que constata una cifra récord tanto en hectáreas afectadas (220.155) como en indemnizaciones abonadas o en tramitación (cerca de 80 millones de euros).

«Es un año extraordinario desde el punto de vista de la siniestralidad, rara vez se han alcanzado y superado las 200.000 hectáreas», apunta Juan Cruzán, director territorial de Agroseguro en Aragón, que precisa que algunas parcelas han podido declararse dos veces. Aun así, precisa, las hectáreas golpeadas por las lluvias torrenciales, las heladas o la fauna silvestre, entre otros fenómenos naturales, se situarían en el entorno de las 200.000.

Y lo mismo ocurre, antes incluso de haber acabado el año, con las indemnizaciones, dado que el año pasado totalizaron 37,4 millones de euros. Eso significa que el montante global del 2018, a cuatro meses del final del año, es ya más del doble que el abonado en el pasado ejercicio. Claro que incluye también los pagos por daños al ganado.

De todos los riesgos, que van desde el golpe de calor hasta el viento, pasando por la rotura del hueso y el incendio, el que registra una mayor incidencia es el pedrisco, que en lo que va de año ha afectado a 83.121 parcelas con una superficie de 111.479 hectáreas. Ambos valores suponen, aproximadamente, el 50% tanto en número de campos como de extensión.

Le siguen, en superficie, los daños ocasionados por la sequía, una amenaza siempre latente en la comunidad, con 50.113 hectáreas en 29.791 parcelas. Y, en el otro extremo climatológico, las inundaciones provocadas por desbordamientos han afectado a 13.343 hectáreas repartidas en 13.993 parcelas.

INUNDACIONES / Este apartado incluye, en primer lugar, los campos anegados por el Ebro, pero también las crecidas de ríos menos caudalosos, como el Jiloca o el Jalón. El cierzo, por otro lado, ha causado estragos en 7.328 hectáreas de 2.652 parcelas.

Llaman la atención otros factores de riesgo, como la fauna cinegética (conejos, jabalíes, ciervos), que se ha llevado por delante 10.447 hectáreas. Muchas más que la fauna silvestre, que se ha quedado en 2.494 hectáreas.

En cuanto a líneas de cultivo, la cebada es de lejos la más afectada por el tiempo adverso y otros riesgos, con 75.378 hectáreas, muy por delante del trigo duro (36.717) y el blando (25.845). En el caso del maíz, se han malogrado las cosechas en 22.878 hectáreas.

Por comarcas, entendido el término en sentido agrícola, destacan los daños sufridos por la de Zaragoza (57.7672 hectáreas), cuya provincia también figura en primer lugar en la comunidad, con 129.144. La zona de Ejea viene en segundo lugar (19.704), ligeramente por encima del Bajo Aragón y Monegros. La menos afectada es la de Sobrarbe, con solo 560, unas 300 hectáreas menos que el Somontano oscense.