Huesca se convirtió ayer en la capital de la agroalimentación gracias a las jornadas Hecho en los Pirineos, que tienen lugar en el Palacio de Congresos y atraen a dos centenares de productores de ambos lados de la frontera.

El presidente del departamento de Altos Pirineos, Michel Pélieu, declaró inaugurado oficialmente el primer congreso del producto y la gastronomía de los Pirineos.

En la inauguración, que tuvo lugar tras un desayuno de trabajo entre productores de comarcas limítrofes de los Pirineos, también intervinieron el alcalde de Huesca, Luis Felipe; el presidente de la cámara agraria de Altos Pirineos, Jean Lois Cazaubon, y el presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia.

Luis Felipe reivindicó el papel de Huesca como capital gastronómica de los Pirineos, territorio que deja de ser frontera para convertirse en un espacio común de convivencia e intercambio. «Este proyecto suma territorio, voluntad y esfuerzo, pero también innovación y tradición», afirmó.

Jean Lois Cazaubon, por su parte, destacó la importancia estratégica del sector productivo en los Pirineos centrales. Para Gracia, este congreso cierra un círculo, «conectando a productores, transformadores y comercializadores de alimentos, incluyendo entre estos a los restauradores», algo fundamental en este tipo de zonas de montaña.

Fijar a la población en el territorio es, para el presidente de la institución provincial, «casi una obsesión. Y eso solo se consigue teniendo negocios que nos sujeten al territorio». Romper barreras y potenciar la permeabilidad de la frontera, también en turismo y gastronomía, es otro de los objetivos de este punto de encuentro.

La comercialización de productos agroalimentarios: diferentes perspectivas, la conferencia inaugural del congreso, reunió a diferentes distribuidores, franceses y españoles, que explicaron sus respectivas experiencias. La charla fue seguida por un abundante público integrado, ante todo, por productores, pues en muchos casos son los propios impulsores de sus negocios.

400 EMPRESAS

En las jornadas participan en torno a 200 expositores de Huesca y de las zonas pirenaicas francesas, que muestran desde vino y queso a toda clase de productos de la huerta, todos ellos con el toque local, que es lo que los distingue del resto de la oferta.

Solo en la provincia de Huesca, la agroindustria supone la primera actividad de unas 400 empresas que suponen en torno a 1.500 puestos de trabajo con gran incidencia en el territorio, dado que son fundamentales para fijar la población en los núcleos rurales de montaña y una de las pocas alternativas viables.

Por otro lado, la feria servirá para que los emprendedores de Aragón, de Aquitania y de Midi-Pyrénées intercambien experiencias que sirvan para el desarrollo de este sector económico a ambos lados de los Pirineos.

En este sentido, los participantes mostraron a los asistentes las características y virtudes de sus productos con charlas y demostraciones que contaron en todo momento con un numeroso público, según indicaron fuentes de la organización.