Diseñador gráfico

Logra con sus creaciones digitales una visión de Zaragoza insólita, edificios que cambian de lugar. Durante un año ha trabajado para realizar seis trabajos de creación digital que titula Conmisojos y que se muestran en El festín de Babel (Antonio María Claret, 27, www.iespana.es/conmisojos ).

--Si no fuera por el diseño digital muchos creadores no tendrían salida.

--Es cierto, es otra manera de plasmar lo que uno piensa. Me gusta la pintura pero no cubría mis necesidades artísticas... Lo digital no es suficiente, porque es algo que puede hacer todo el mundo, tiene que haber un toque personal...

--¿Cuándo descubrió que efectivamente lo digital podía cubrir sus necesidades creativas?

--Se puede decir que cuando empecé a estudiar diseño gráfico en la Escuela de Artes. Yo estudiaba Derecho y salió esta diplomatura. Al verla, dejé Derecho. Hasta entonces trabajaba con lápiz y papel y a lo sumo con programas básicos. Al entrar en diseño me di cuenta de las muchas posibilidades...

--¿Es consciente de que el diseño gráfico puede ocultar a mucho farsante?

--Lo mío no lo considero una exposición, sino una muestra. Sólo quiero que vean lo que hago, y soy consciente de que todavía me falta mucho. Cuando veo diseños soy capaz de detectar si hay una calidad detrás. También a veces se te ocurre una idea y de pronto reparas en que esa idea ya la había desarrollado otro creador. Es que es muy fácil hacer cosas, y hay que tener mucho cuidado con el plagio. El verdadero creador se nota, haga lo que haga.

--A usted le gusta jugar con una ciudad imaginaria.

--Sí, indudablemente, es la base de mi trabajo. El diseño es rediseñar y crear cosas nuevas, es creatividad. Conseguir hacer algo nuevo a estas alturas, cuando casi todo está hecho, es maravilloso.

--¿Hay que probar mucho antes de lograr algo definitivo?

--Yo me he recorrido toda Zaragoza día a día, por calles y carreteras, haciendo fotos. Y luego trabajando en casa, folio a folio... Se trata de probar y probar. Llega un momento en el que dices: "¡Esto es!".

--¿Le gusta Zaragoza tal como está?

--Sí, creo que está ganando mucho. El paseo Independencia es algo que al principio me horrorizaba y ahora me encanta.

--Debería usted presentar ya proyectos para Zaragoza 2008.

--No he pensado nada, pero es cierto que puede ser una oportunidad para Zaragoza. El problema es que aquí no hay diseño. Vas a otras ciudades y las mismas tiendas poseen ya su propio logotipo, hay diseño en las calles.