POR ADRIANA OLIVEROSEra un escenario curioso. Un instante sorprendente. Acababan de apagarse las luces en la Feria del Mueble de Zaragoza. Menos en el stand de la firma aragonesa Baldaquino Decoración, con la prestigiosa interiorista Carmina Sanz al frente (40 años de trayectoria, ahí es nada)... Allí todo era correr y descorchar moët (dí que sí). La firma aragonesa organizaba una fiesta privada para anunciar la nueva colección de un proyecto que no hace más que darles alegrías desde hace cuatro años y que querían presentar en sociedad. Una idea que ha dejado huella del diseño de la tierra en todo el territorio nacional. Crecen por toda España. Y piensan en más. Se trata de su colección Adajo, una vuelta de tuerca al estilo industrial, más maduro, más cálido... Sobre todo, este año. "Viene lo sofisticado, acabados en pan de oro y pan de plata, terciopelos, colores fuertes", explicaba Carmina Sanz. Mandaba el pistacho. La lupa apuntaba. Tendencias y nombres. Desde las también interioristas Cuca Hernández y Ana Larraz al exportero zaragocista (de la quinta de los Magníficos) Mario Inchausti, pasando por el empresario de la decoración Mario Larraga, Chini Teixeira o Tino Fondevilla (con su blog, La buena vida en Zaragoza).

standCarmina SanzmoëtCarmina SanzCuca HernándezAna LarrazMagníficosMario InchaustiMario LarragaChini TeixeiraTino FondevillaLa buena vida en ZaragozaYolanda Gil