Las fiestas del Pilar de Fraga se hallan en peligro debido a que se ven afectadas por el decreto de inundabilidad, que prohíbe la instalación de ferias, casetas y otras instalaciones en la cercanía de los cauces fluviales, en este caso del río Cinca. Por este motivo, la Peña Fragatina y el ayuntamiento trabajan a toda velocidad para tratar de buscar un emplazamiento alternativo. Sin embargo, esta solución resulta difícil de poner en práctica debido tanto a su coste económico como a que no queda materialmente tiempo para el traslado y montaje de las instalaciones. El alcalde, Miguel Luis Lapeña, y los peñistas buscan por ello contrarreloj la forma de legalizar el recinto ferial.