No hubo incidentes. Sólo algunos cortes sin importancia y algún traslado al hospital por los excesos del alcohol. Porque lo que sí hubo fue mucha bebida. Y hasta una barbacoa. Los jóvenes llegaban desde un centro comercial cercano cargados de bolsas con ron, ginebra, whisky y refrescos para hacer la mezcla en vasos de plástico. En una gasolinera próxima podían proveerse de hielo. Y así desde las once de la mañana hasta entrada la noche. Es la champanada que organizan los estudiantes del campus del Actur.

Para el rectorado es una tradición que ha degenerado en botellón . Antes, los profesores y los alumnos se reunían en la cafetería el último día lectivo del año y brindaban con champán. Luego se pasó de la cafetería al césped y del cava al cacique con coca-cola . Y del brindis a la rotura de cristales, al destrozo de ordenadores y a los altercados públicos.

Por eso, los responsables de la universidad decidieron suspender las clases de hoy y proteger el campus con una veintena de guardas de seguridad que precintaron incluso algunas salidas de emergencia. Sólo el personal docente e investigador y el de administración y servicios trabajó ayer en el Centro Politécnico Superior, en la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial y en la Escuela de Empresariales. Además, en el campus está el Instituto Tecnológico de Aragón y el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Aragón.

Perros disuasorios

Los primeros que llegaron se encontraron un precinto rojo en los accesos y algunos guardas de seguridad con perros. Así que cruzaron y se instalaron en la tapia de la Federación Aragonesa de Fútbol. Luego llegaron los primeros coches y así se consiguió animar la fiesta con algo de música. "Esto es una tradición y debe mantenerse, aunque no nos dejen hacerla dentro de la universidad", argumentaba un alumno mientras preparaba los cócteles.

Algunos ciudadanos que paseaban en dirección a Juslibol no tenían la misma opinión: "¿Pero qué hacen estos zánganos ahí tirados, bebiendo, y poniendo todo hecho una mierda?". Algunas patrullas de la Policía Local velaban por que todo transcurriera sin incidentes.

Un responsable de la Federación Aragonesa de Fútbol explicó a los agentes que quién iba a limpiar el suelo, lleno de vasos, botellas y bolsas de plástico. "A primera hora de la tarde van a venir los padres a traer a sus hijos a los entrenamientos y esto no es un buen ejemplo", se quejaba.

Las delegaciones de alumnos han anunciado que quieren consensuar con el rectorado un plan para celebrar estas fiestas. De momento ya han improvisado un fiestódromo politécnico que es más barato que alquilar una carpa.