Las cadenas de montaje de Opel España, que forma parte de la multinacional francesa PSA, vuelven a funcionar a todo tren. Tras un parón de la producción durante tres semanas por las vacaciones de verano -desde el pasado 27 de julio-, los cerca de 6.000 empleados de la factoría de Figueruelas regresan a sus puestos de trabajo. Los primeros en incorporarse serán los del turno de noche, que entrarán hoy a las diez de la noche, mientras que mañana lo hará el grueso de la plantilla. El reinicio de la actividad se produce en un ambiente marcado por el reto del nuevo Opel Corsa, el modelo estrella de la planta, cuya sexta generación empezará a ver la luz a partir del próximo mes de octubre.

Otra de las grandes novedades del curso industrial que ahora comienza en la planta será la incorporación a la plantilla de 300 empleados de la empresa auxiliar Android, cuya actividad -el montaje de puertas y salpicaderos del Corsa- Opel ha decidido internalizar. También vuelven a la carga decenas de empresas de la industria auxiliar del automóvil, que emplea a otras 15.000 personas en Aragón.

Las previsiones apuntan a que la producción de la planta zaragozana de PSA crecerá en torno a un 7% este año, hasta acercarse a los 480.000 vehículos frente a las 447.517 unidades del 2018. De esta manera, se alcanzaría una cifra próxima al récord histórico que la planta logró en el 2007 (485.857). En el primer semestre del año, la factoría aragonesa ensambló 270.838 coches, un 13% más que en el mismo periodo de 2018.

AL MÁXIMO DE CAPACIDAD

Figueruelas afronta ahora un periodo de intenso trabajo para cumplir con la demanda de automóviles de la marca del rayo. El mayor reto es el lanzamiento del nuevo Corsa. De hecho, el parón veraniego ha sido aprovechado por la compañía para introducir cambios y mejoras en la fábrica de cara a este importante proyecto industrial para el que se viene preparando desde hace más de un año. Los primeros prototipos del turismo pasaron por las líneas de montaje a finales del 2018. La planta fabricará en exclusiva la sexta generación de este vehículo, que contará con una variante eléctrica que se empezará a montar en este centro productivo a principios del 2020.

«La curva de lanzamiento del nuevo Corsa es muy exigente, pero no tengo ninguna duda de que lo haremos muy bien, como siempre hemos hecho», afirmó José Carlos Jimeno, responsable de la sección sindical de UGT. Se trata del primero modelo que combina la ingeniería de Opel con la del grupo PSA, que adquirió la marca alemana hace dos años.

RECORTE DE LAS PAUSAS

La planta proseguirá con la producción del Crossland X y el Citroën C3 Aircross, pero no del Mokka X, que recientemente ha dejado de ensamblar. En pocos meses, Figueruelas prevé además trabajar al máximo de su capacidad gracias al incremento de la carga de trabajo por el nuevo Corsa. El turno de noche de esta línea funciona ahora al 50%, pero todo apunta a que a finales del año o principios del 2020 llegará al 100%, como ya ocurre con la cadena de montaje del resto de coches. Esto propiciará un incremento de la contratación.

El comité y la dirección llegan a este punto con todos los grandes asuntos laborales ya pactados. Justo antes de las vacaciones, ambas partes acordaron la salida de 181 trabajadores, 89 de ellos a través del contrato relevo y el resto mediante un despido colectivo con una indemnización de dos años de salario.

En este nuevo curso productivo se aplicará por primera vez el sistema de trabajo de PSA, lo que implica un recorte en la duración de las pausas (de 40 a 35 minutos). A cambio, los trabajadores serán compensados con un día extra en su bolsa de horas, tal y como se estipuló en el nuevo convenio colectivo de la factoría.