Conforme se acerca el 22 de diciembre, el día del sorteo de la Lotería de Navidad, comienzan a aparecer cada año las colas en las administraciones. Y en esta ocasión, en este 2020 tan amargo, la imagen se está repitiendo. Desde hace ya algunos días, muchos establecimientos del centro de Zaragoza pasan la mañana atendiendo ininterrumpidamente vecinos en busca de suerte. «Siempre viene bien un pellizco, pero este año más si cabe», decía una mujer, Isabel Vicente, después de comprar un décimo en un comercio de la calle Alfonso.

«Otros años vas picando de allí y de allá, y en cada tienda que entras compras, pero este año hay que mirar un poco más el bolsillo», decía la mujer, que es dueña de un negocio en esta céntrica vía zaragozana. Hasta este año se gastaba unos 300 euros en lotería de Navidad, pero este pretende no pasar de 100. Frente a ella, en la administración El Pilar, la lotera admitía ese descenso en las ventas, aunque lo achacaba directamente a la falta de turistas. «Los clientes habituales siguen comprando, pero el problema ha sido que este año no hemos tenido visitantes, y las administraciones del centro lo hemos notado mucho. Parece que el pangolín del covid estaba en agosto en Zaragoza y no vino nadie», explicaba Maite Pérez Lafuente detrás de su pequeño mostrador. Y del verano a esta parte la situación se ha repetido: ni Pilares, ni puentes con turistas, ni festividad alguna que atraiga foranos.

Y esta es precisamente una de las alertas que lanzaron hace pocos días desde la Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administradores de Loterías. Según los datos que manejan, las ventas de Lotería de Navidad han descendido un 30% de julio a octubre con respecto al año pasado. Si se cumplen sus pronósticos, el Estado podría dejar de ingresar 1.200 millones de euros.

Pero los hay que prefieren retar a este insólito 2020. Según explica Pérez, de Lotería El Pilar, el 20 es uno de los números más demandados, aunque los hay que prefieren quedarse con los mejores momentos de este año. Uno de los décimos más vendidos es el 50220, que hace referencia al 5 de febrero, fecha en la que se reinauguró el Mercado Central.

Racha de premios

A pesar de que Pérez no rebosa optimismo, las colas se suceden frente a la mayoría de administraciones. Pasa también en Doña Isabel, en el Coso junto a Fnac, donde, días atrás, la fila se iba más allá del hotel Alfonso I. «La gente este año viene muy ilusionada. Se les nota tristes, hartos y cansados por la pandemia, pero a comprar lotería vienen contentos», decía Isabel Lalmolda, que regenta este punto de venta. En su administración llevan desde el 2014 dando premios en Navidad o para el Gordo, y esa «racha» les está ayudando a frenar la caída de las ventas. «Viene mucha gente, y los de fuera, que no pueden entrar a Zaragoza, nos piden que se la enviemos», comentaba.

En la calle Don Jaime I, en la conocida administración del Rosario, también había cola ayer por la mañana, aunque conforme se acercaba la hora de comer la gente se disipaba. Ese momento lo aprovechaba una mujer, llamada Pilar Muñoz, para comprar suerte, aunque todavía no para Navidad. No hay prisa. «La tenemos reservada pero aún no la he cogido», explicaba. Detrás, otra señora, Begoña De Sousa, contaba que este año no había comprado números en la playa, como si hacía antes. Y es que su principal ambición este año es otra: «La mayor de las suertes, maño, es que se vaya ya el virus».