El fin de año se despedirá en Aragón sin sobresaltos meteorológicos. Persistirá el viento del norte y del noroeste, pero las temperaturas mínimas y máximas se elevarán ligeramente, hasta alcanzar valores entre los 7 y los 13 grados en Zaragoza, según fuentes del Centro Meteorológico Zonal del Ebro.

Las precipitaciones de nieve se concentrarán en la zona Pirenaica, a partir de los 1.500 metros de altitud y con tendencia a ascender a cotas superiores.

La inusitada fuerza del viento durante las últimas fechas está precisamente en el origen de las averías de la red eléctrica el pasado día 29 en distintos puntos de Aragón. La caída de árboles ocasionó interrupciones del suministro eléctrico en Jaca, en Aínsa y La Fueva y en los barrios zaragozanos de Montañana y Santa Isabel. En todos los casos se restableció el fluido.

El viento huracanado fue igualmente el responsable de que ayer estuvieran cerradas al público todas las estaciones de esquí pirenaicas, salvo la de Candanchú. Las rachas de aire impiden la práctica del esquí y además afectan negativamente a la capa de nieve.

En Javalambre y Valdelinares los centros invernales, que han aprovechado las bajas temperaturas de estos días para producir nieve artificial, funcionaron con normalidad. La apertura de las estaciones cerradas depende ahora de la evolución del tiempo, según indicaron los responsables de los centros invernales., que confían en que resulte posible la apertura de las pistas para los esquiadores que se acerquen a pasar las vacaciones navideñas al Pirineo.

Por otro lado, sólo un tramo de carretera requiere el uso de cadenas. Se trata de los seis kilómetros finales de la A-136, entre la urbanización de Formigal y la frontera con Francia, donde el puerto se encuentra cerrado al tráfico rodado.

Sin embargo, los conductores que viajen durante los próximos días deberán extremar la precaución ante la posibilidad de que se produzcan heladas en las zonas de montaña de la comunidad autónoma.